Este acuerdo se habría alcanzado este jueves gracias al trabajo del comité de crisis creado recientemente con motivo de la crisis sanitaria de la COVID-19 y que, bajo la coordinación de la Fundación Toro de Lidia, integran las principales asociaciones y sindicados de profesionales taurinos, entre los que se encuentran; toreros, subalternos, empresarios y ganaderos.
De la reunión mantenida hoy se ha llegado al compromiso de matadores, novilleros, banderilleros, picadores y mozos de espadas de bajarse un 25 % sus sueldos en plazas de tercera y cuarta categoría, y también los mínimos establecidos en el convenio colectivo nacional taurino.
Esta medida nace tras la negativa, precisamente, de los sindicatos de toreros a la reducción de las cuadrillas (un banderillero, un picador y la ayuda del mozo de espadas) propuesta por la Junta de Andalucía para festejos en este tipo de plazas de toros.
No solo los sindicatos rechazaron esta idea, que, según ellos, atacaba al «eslabón más débil» de la industria, sino también muchos matadores aseguraron entonces por las redes sociales que jamás torearían si con ello significase que debían renunciar a parte de su cuadrilla.
Por este motivo y para tratar de reducir gastos en la organización de festejos, ahora se ha acordado este reducción salarial que, además de abaratar el espectáculo en tiempos de crisis, supondría no tener que eliminar ningún puesto de trabajo.
Esta medida se implantará solamente hasta finales de 2020, primero en Andalucía y tratar de llevarla después al resto de autonomías, y solo como algo excepcional para poder dar toros en unos momentos tan delicados para la tauromaquia y en el que todas las principales ferias han sido canceladas.
La esperanza de que se puedan celebrar corridas este año está depositada, precisamente, en las plazas pequeñas y en los pueblos, y únicamente si se flexibilizan las actuales restricciones de aforos y otras medidas de seguridad.
También si las televisiones se animan a invertir para retransmitir algún festejo en directo, algo que ayudaría al bolsillo del empresario y que daría también movimiento a una industria en la que está todo parado. EFE
Estrella Digital