En un comunicado, las asociaciones afirman que «el personal militar está harto de que su trabajo y profesionalidad, que conllevan grandes sacrificios personales y familiares, junto a una disponibilidad permanente para el servicio, no tengan un reflejo justo en sus retribuciones».
Se sienten, añaden, «ninguneadas y engañadas desde la propia cúpula ministerial», después de que los militares hayan demostrado su «profesionalidad y entrega» en la Operación Balmis de lucha contra el coronavirus.
La situación a la que se somete a los militares, se quejan, es «límite», por lo que «quedan en el desamparo» con «unas retribuciones manifiestamente injustas».
Los militares denuncian «una carrera militar sin expectativas» y «unos derechos diezmados», lo que les deja en «una deshonrosa situación profesional».
«La ‘nueva normalidad’ -añaden- ha de servir para que desde la reconstrucción los miembros de las Fuerzas Armadas alcancen el estatus de plena ciudadanía, sus retribuciones se ajusten a las de otros cuerpos de servidores públicos y su carrera profesional se guíe por los principios de mérito y capacidad sin límites ni barreras».
Recuerdan que la Comisión de Defensa del Congreso calificó de grave su situación en febrero de 2018, pero añaden que desde el Ministerio de Defensa encuentran «muchas palabras» y «ninguna actuación».
Por ello, las asociaciones han presentado su queja al Defensor del Pueblo y no descartan «acciones futuras que muestren al resto de la sociedad el abandono» al que están sometidos «sin un reconocimiento retributivo y unas condiciones de carrera justas».
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