Figura clave de la literatura de las últimas décadas, Marsé ha ganado algunos de los premios más notables de las letras españolas, entre ellos el Biblioteca Breve, el Planeta o el Nacional de Narrativa.
Su verdadero nombre fue Juan Faneca. Al morir su madre en el parto, lo adoptó un familia de payeses del barrio barcelonés de Gracia y a ella debe el apellido que le ha convertido en uno de los autores más reconocidos.
A los 13 años abandonó los estudios para trabajar en una joyería y muy joven hace sus primeras incursiones en el mundo literario, en concreto con cuentos y relatos. En 1958 gana el Premio Sésamo de Cuentas con «Nada para morir».
La dedicación exclusiva a la literatura tardaría aún. En 1960 se fue a París para trabajar como profesor de español, traductor de películas, guionista y como ayudante de laboratorio en el Departamento de Bioquímica del Instituto Pasteur.
Sería en 1965, gracias a «Últimas tardes con Teresa», cuando Marsé abandonó el oficio de joyero para empezar a colaborar con editoriales, traducciones y guiones de cine.
«La oscura historia de la prima Montse» (1970), «Si te dicen que caí» (1973), no publicada en España hasta 1976 por la censura franquista, y «La muchacha de las bragas de oro» (1978), con la que ganó el Planeta, comienzan a configurar el prestigio de Marsé y a consolidar su calidad literaria.
«El amante bilingüe», «El embrujo de Shangai» o «Rabos de lagartija», publicada en 2000, ganadora de los Premios Nacional de Narrativa y el de la Crítica, lo convierten en uno de los novelistas españoles más importantes.
Su relación con el cine ha sido intensa, y no sólo por haber colaborado en varios guiones, sino porque muchas de sus novelas fueron adaptadas a la gran pantalla.
También con el periodismo. Trabajó en la revista «Art-Cinema» y fue redactor jefe de «Bocaccio» y «Por favor».
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