domingo, noviembre 3, 2024
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Pediatras proponen consultas telefónicas previas y circuitos diferenciados

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Estas son algunas de las propuestas que ha plasmado la AEPap en un documento sobre la organización de las consultas de atención primaria para garantizar la atención de los menores con y sin sospecha de coronavirus ante la previsión de que con la apertura de los centros escolares aumente el contagio de cualquier proceso infeccioso entre los menores.

Aunque los centros adopten las medidas de prevención necesarias, la AEPap subraya que es muy difícil que se mantenga la distancia social y el uso de mascarillas en todo momento, sobre todo entre los más pequeños.

No obstante, defiende la necesidad de los niños acudan a los centros escolares y recomienda «encarecidamente» que no se vuelvan a cerrar porque esta medida «perjudica» a los más desfavorecidos y aumenta la brecha social y cultural.

De esta forma, teniendo en cuenta que el coronavirus no ha desaparecido y que pueden sucederse los brotes, unido a la necesidad mantener los colegios abiertos, los pediatras de atención primaria destacan «puntos indispensables» a consolidar para garantizar una atención sanitaria infantil adecuada.

Estos puntos, explican, son el mantenimiento de las consultas telefónicas/telemáticas y el de los dos circuitos de asistencia «sospecha de COVID» y «No sospecha de COVID».

Y es que de octubre a febrero, los pediatras indican que además de cuadros catarrales hay infecciones muy prevalentes como la bronquiolitis aguda y la gripe, enfermedades ambas para las que existen test rápidos de diagnóstico, similares a la PCR del coronavirus, cuya disponibilidad en las consultas permitiría un diagnóstico certero.

Señalan, además, que para una mejor organización de las consultas, es necesario que el primer contacto con el centro de salud sea telefónico para poder indicarles a los padres en qué momento y zona del centro de salud se les va a atender.

Los vídeos o fotografías también permiten a los pediatras valorar el caso sin necesidad de que le niño acuda al centro de salud.

La duración mínima de estas consultas debería ser de 10 minutos.

Otro de los puntos que los pediatras de atención primaria consideran «clave» es la protección de los profesionales y de dotarles de tiempo suficiente para poner y quitarse el equipo con calma, para lo que necesitarían un mínimo de 10 minutos antes y después de usarlo.

Además, los expertos sostienen que si la organización de circuitos de atención a niños con y sin sospecha tiene lugar en franjas horarias diferenciados, se evitan varios cambios de EPI a lo largo de la jornada.

Proponen salas de espera separadas para niños con cuadros respiratorios y febriles con respecto al resto de las consultas y, si es posible, solicitar a los padres que acudan puntualmente a la cita o que permanezcan fuera del centro de salud o en el coche, para evitar el «hacinamiento» en las salas de espera.

Cuando esto no sea posible, los horarios diferenciados de cita evitarían el coincidir en la sala de espera niños con sospecha de COVID-19, con niños con otras patologías o del programa de salud infantil, según los pediatras.

Para estos expertos, debería acudirá un único familiar por niño.

El uso de mascarilla quirúrgica sería necesario tanto para el adulto acompañante como en los niños mayores de 3 años, independientemente del motivo de la consulta.

Otras de las propuestas de la AEPap son el reforzar el personal de los centros, aumentar el número de envíos diarios de las muestras de PCR al laboratorio de referencia y abonar horas extras a los profesionales para incrementar la dotación de personal del circuito respiratorio fuera de sus horarios asistenciales. 

Estrella Digital

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