Para la asociación, esa fecha simboliza «perfectamente la travesía de miles de personas que huyeron del fascismo español cruzando los Pirineos, muchos de los cuales murieron sin haber vuelto» a España.
Añade que el Ejecutivo propone como día del exilio el 8 de mayo para vincular a España con la memoria democrática europea y situar «a las víctimas españolas del exilio en el marco de la victoria aliada frente al nazismo y el fascismo».
El presidente de la Asociación, Emilio Silva, considera que «lamentablemente» en esa fecha de 1945 no hay «nada que celebrar» en España, porque «no alteró la dictadura franquista, que sobrevivió 30 años más».
Agrega el comunicado que el Gobierno quiere conmemorar a las víctimas de la dictadura el 31 de octubre, día de la aprobación parlamentaria de la Constitución, al entender que esa fecha supone la reconciliación de los españoles y el definitivo triunfo de los valores democráticos.
Indica que la ARMH había propuesto que la fecha de conmemoración de las víctimas de la dictadura fuera el 12 de diciembre porque en ese día de 1946 la Asamblea General de la ONU condenó la dictadura franquista y sí es una fecha señalada.
Para Silva, el 31 de octubre de 1978 no puede conmemorar a las víctimas de la dictadura, porque el texto se aprobó en un Parlamento surgido de unas elecciones en las que estuvo prohibida la participación de partidos republicanos y porque la Constitución no menciona ni recuerda a las víctimas de la dictadura, «ni se declara deudora del anterior periodo democrático», ni reconoce la lucha de miles de personas para reconquistar la democracia.
«Si el Estado coloca dos fechas falsas que no representen la realidad de las personas exiliadas y de las víctimas hará un flaco favor a la democracia y, en vez de resolver con dignidad un problema, generará otro», concluye.
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