«Obramos en consecuencia y responsabilidad», han indicado fuentes del restaurante, quien tomó la decisión de hacer pruebas PCR a su plantilla, «aunque nadie te obliga», y desde su reapertura el 2 de julio implementó pautas de control sanitario como la toma de temperatura del personal, además del normativo uso obligatorio de mascarillas.
Ya antes de que se decretasen las restricciones de aforo en los restaurantes, Aponiente las cumplía por superar más de dos metros de distancia entre las mesas, recuerdan desde el restaurante.
«Con la cabeza en el mar y los pies en la tierra», Ángel León y toda su «tripulación» ha decidido cerrar temporalmente y sin fecha de apertura definida Aponiente, porque «este mundo tiene que contagiarse de sentido común y no de COVID».
AM