Las dos entidades han hecho público un comunicado en el que aseguran que el levantamiento parcial del secreto de sumario de este caso confirma que el animal «murió envenenado, evidencia la vinculación de parte de los investigados con la gestión del oso en el Vall d’Arán y deja entrever otros aspectos muy preocupantes que desafían el programa de recuperación del oso pardo en los Pirineos«.
La juez de Viella investiga a seis personas por la muerte del oso Cachou, en una causa abierta por un delito contra la fauna, ya que se trata de una especie protegida.
En el procedimiento por la muerte del animal constan seis personas como investigadas y han declarado quince testigos, sin que se descarte una ampliación de investigados y testigos.
La Fundación Oso Pardo y Depana han anunciado que exigirán a los órganos ambientales competentes de la Generalitat y del Consell d’Aran que acuerden la reposición del oso muerto.
En cuanto a las responsabilidades que puedan derivarse de la investigación, en las que están personadas desde el 26 de mayo, pedirán las próxima semana al juzgado nuevas actuaciones para reforzar las pruebas sobre los diversos grados de intervención de los investigados o de terceros.
Aseguran que los resultados toxicológicos realizados «son concluyentes» y confirman «la muerte por una dosis letal de etilenglicol, evidenciando que se ha tratado de una muerte provocada».
Las dos entidades, tras estudiar la parte del sumario sobre la que se ha levantado el secreto, destacan su preocupación por que «sean precisamente las personas que tenían acceso a la localización del GPS del oso Cachou, por su trabajo en la administración ambiental, las que sean investigadas por su presunta participación en la muerte del animal».
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