Aquella persona era Joan Lladó i Mas, nacido en Manresa (Barcelona) el 13 de diciembre de 1914, aunque su madre falleció pronto y él se trasladó a Calonge de Segarra, de donde era originario su padre.
El prisionero 30.857 de Neuengamme fue trasladado después al campo de Ravensbruck, donde murió en abril de 1945 a causa de una pulmonía provocada por las pésimas condiciones de la vida en un lugar que las tropas aliadas liberaron sólo cinco días después.
Ahora, los tres hijos de su prima, Isabel, Jaume y Joan Fernàndez Lladó, han recuperado el reloj de Joan Lladó, que formaba parte de la muestra «StolenMemory (Memoria Robada)», que acoge el Museo Memorial del Exilio de La Jonquera (Girona) desde el pasado 14 de febrero.
Esa exposición itinerante reúne pertenencias halladas en campos de concentración y la consellera de Justicia de Cataluña, Ester Capella, ha sido la encargada de entregar a Isabel aquel recuerdo del tío de su madre.
Con el reloj en la mano, Isabel ha explicado a EFE que, para ella y sus dos hermanos, se trata de un «tesoro recuperado después de 76 años».
Ha detallado que fue su hijo quien, interesado por la historia familiar, comenzó a «mover hilos» al saber que el tío de su abuela había muerto en el exilio.
«Buscó por diferentes archivos de Cataluña, Francia y Alemania y ha sido una gran sorpresa, aunque tienes una mezcla de sentimientos entre la gratitud inmensa por recuperar el reloj y una tristeza enorme por lo que pasó aquella gente», ha indicado visiblemente emocionada.
Isabel Fernàndez Lladó ha querido destacar que «el trato que tuvieron aquellos prisioneros fue totalmente inhumano, peor que las ratas» y ha subrayado la importancia de que se recuerden «estas cosas, porque la gente tiene que tener memoria para que no vuelva a pasar».
En este mismo sentido se ha pronunciado la consellera, quien ha señalado que «el presente no está exento del riesgo que se vivió en aquellos momentos, la ideología fascista edulcorada vuelve a aparecer sin complejos y vuelve a crecer a través de discursos de odio, miedo y persecución del diferente».
«Hay que estar más atentos que nunca», ha añadido Ester Capella, que ha elogiado el acto de este viernes, porque «permite recuperar historias que han estado silenciadas durante demasiado tiempo».
La de Joan Lladó i Mas es la de alguien que no participó en la Guerra Civil como combatiente, pero que, al acabar la contienda, optó por exiliarse a Francia.
Allí estuvo en el campo de concentración de Argelers y, en marzo de 1944, fue detenido por la Gestapo en Rennes por colaboración con la resistencia.
De ahí lo deportaron a Neuengamme y, finalmente, a Ravensbruck, donde perdió la vida cuando sólo tenía 31 años.
Ahora, el reloj que custodiaban los Archivos Arolsen, un centro internacional sobre la persecución nazi que conserva cerca de 3.000 objetos de aquellos prisioneros, vuelve a la familia de su propietario.
Ese el objeto final de esta institución y, por ello, se organizan muestras en diferentes países de Europa con el objetivo de localizar a descendientes de las víctimas del nazismo.
En este momento es el turno del Museo Memorial del Exilio de La Jonquera, un lugar por el que pasaron muchos de aquellos exiliados de España en su camino a Francia para huir del franquismo, y, allí, los Fernàndez Lladó han recuperado aquel reloj del tío de su madre. EFE
A.S.