jueves, noviembre 21, 2024
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Las redes sociales, aliadas de la Guardia Civil para cercar las llamas

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Para la Guardia Civil, en general, y para el Seprona, en particular, la prevención de incendios forestales es una prioridad que se plasma en la intensificación que lleva a cabo en la campaña de verano, que comenzó el día 1 y se prolongará hasta finales de octubre, señala a Efe un comandante de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA).

En los meses estivales, el instituto armado, además de involucrar a todos sus agentes, activa específicamente a miembros del servicio aéreo, la policía judicial o el escuadrón de caballería, que permite patrullar por zonas de difícil acceso.

Según los datos provisionales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en 2020 se registraron 7.745 fuegos, de los que 19 fueron grandes incendios -los que afectan a más de 500 hectáreas-. El mayor fue el que se produjo en Almonaster La Real (Huelva), que arrasó más de 12.000 hectáreas.

¿Son muchos o pocos?. «Al final lo que importa es que un incendio forestal tiene una gran afectación no solo para el medio ambiente sino también para la población ya que puede provocar desalojos de zonas habitadas y, además, ocasiona importantes daños materiales», subraya el comandante.

100.000 SERVICIOS DE VIGILANCIA

En la primera parte del año, la Guardia Civil centra sus esfuerzos en la Cornisa Cantábrica, donde por actividades tradicionales vinculadas a la ganadería y la agricultura suele haber más riesgo de incendio.

En verano, la vigilancia se extiende a todo el territorio nacional ya que en esta época los fuegos están directamente relacionados con la climatología y cualquier zona del país puede ser pasto de las llamas.

No obstante, el foco se pone principalmente en los parques nacionales y en los espacios protegidos por su alto valor ecológico y su singularidad, precisa el comandante.

El año pasado se desarrollaron hasta 100.000 servicios de prevención, es decir, tareas de vigilancia que consisten en patrullar zonas boscosas, montes, etc, en base a estadísticas que se elaboran con datos de años anteriores.

En las previsiones de incendios influyen mucho las condiciones meteorológicas, aunque el comandante asegura que «al final, los servicios que se planifican siempre van orientados a que se pueda responder de forma eficiente».

LOS PRIMEROS EN LLEGAR

Cuando la prevención no ha podido evitar el incendio y las llamas empiezan a arrasar una determinada zona, la Guardia Civil suele ser la primera en llegar.

Su labor consiste en perimetrar la zona, acotar los accesos al lugar de la emergencia para que no entre nadie que no esté autorizado, ayudar en las tareas de evacuación y, por su conocimiento del terreno, guiar a los medios de extinción hasta el frente del fuego.

La prioridad en estos casos es impedir que se produzcan víctimas mortales y tratar de que haya los menos daños posibles, explica.

LA IMPRUDENCIA, PRINCIPAL CAUSA

Solamente entre un 10 y un 20 % de los incendios forestales son intencionados. En el resto, la causa principal es la imprudencia de ciudadanos que, por ejemplo, utilizan de maquinaria agrícola cuando no se puede, queman rastrojos sin adoptar las mínimas medidas de seguridad, etc.

Actividades que se siguen realizando a pesar de las campañas de información del Gobierno, en las que también participa la Guardia Civil, pero que no acaban de calar en la población.

¿El motivo?. Según el comandante hay varios. Por un lado, se trata de actividades muy arraigadas desde el punto de vista tradicional: desde siempre se ha utilizado el fuego para generar pasto y muchas veces a los que lo hacen se les va de las manos.

Pero, además, también influye «la falsa seguridad en uno mismo». La persona cree que controla y realiza esa actividad en momentos del día con riesgo o en días que está prohibido sin adoptar las medidas de seguridad que establecen los planes contra incendios forestales de las comunidades autónomas.

En cualquier caso, son esas personas la primeras que suelen dar el aviso a los servicios de emergencia.

UNA COMPLICADA INVESTIGACIÓN: EL FUEGO BORRA LAS PISTAS

El instituto armado se centra, sobre todo, en los fuegos que tienen trascendencia desde el punto de vista policial y el año pasado investigó unos 3.000.

El comandante reconoce que esta investigación es de las más complicadas desde el punto de vista policial, ya que al haber ardido la escena del crimen dificulta la posibilidad de obtener pistas.

El UCOMA cuenta con un grupo específico dedicado a investigar estos fuegos; se encarga de recopilar datos con los que elabora una estadística que se difunde a todas las unidades y sirve para elaborar la orden de servicio.

Además, también hace de enlace con organismos de otros ministerios e investiga los casos más relevantes.

«Actualmente se utiliza toda la tecnología al alcance, desde imágenes por satélite hasta las redes sociales, para recabar indicios que al sumarlos permitan imputar el hecho al autor porque rara vez o casi nunca se tiene la prueba directa, que es ver a la persona que ha provocado el fuego intencionadamente», explica.

Una herramienta «muy útil» es el satélite Copernicus de la Unión Europea, que de por sí capta imágenes de la península y que, en caso de incendios, realiza «un seguimiento específico proporcionando imágenes de la evolución del fuego y da referencias muy concretas de cómo se ha podido originar».

Pero también las redes sociales ofrecen «muchísima información» que la Guardia Civil utiliza para reconstruir los hechos.

«Muchas veces, antes de activar el operativo, un ciudadano graba el incendio con el móvil y lo cuelga en Twitter. Ese vídeo de los instantes posteriores a que se haya iniciado el fuego es fundamental. Nos da mucha información y ayuda mucho a la investigación», reconoce. EFE

 

Teresa Díaz

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