Visibilizar la realidad de las personas LGTBI y ayudar a quienes están descubriendo su identidad y orientación sexual es la idea con la que arranca este proyecto de Valeria Vargas, autora entre otros de «Ni puta ni santa. Las memorias de La Veneno», y que, bajo el título ORGULLO, se puede escuchar desde este lunes en Spotify.
Y ayudar a las familias, que también tienen que salir del armario y muchas veces no saben cómo hacerlo, porque deben asumir lo que la sociedad les dice que es una «vergüenza» y «no todo el mundo está preparado para ello».
«Es un manual de supervivencia y empatía», resume Vegas en una entrevista con Efe en la que se confiesa afortunada por haber reconocido muy joven su identidad trans y haber crecido en un entorno favorable. «Y a pesar de eso, también pasé por dificultades».
Entre los testimonios, los de personajes tan conocidos como la periodista Sandra Barneda, los directores de cine Javier Ambrossi y Javier Calvo, el crítico de televisión y escritor Bob Pop, el crítico gastronómico Mikel López Iturriaga, la actriz Lola Rodríguez o la activista Amarna Miller.
Y en todos ellos una serie de lugares comunes: el patio del colegio, salir del armario, la sensación de que al hacerlo estás confesando un delito, esconderse…
«Muchos de ellos me decían que sabían que en su casa no podían decir que les llamaban maricón en el colegio porque lo iban a ver mal. Sí podías decir que te llamaban gordo o gafotas, pero maricón no». Era como si percibieran que lo que hacían estaba mal.
Y espontáneamente a todos les salía un tema en torno a la Navidad, «lo chungas que habían sido las Navidades para muchos» por los secretos, por la familia.
Vargas encara este proyecto sin perder de vista el humor. «Es necesario bajar la intensidad, necesitas aligerar un poco. Sacar ese lado nuestro que nos caracteriza, el don de la supervivencia, porque una vez sales a flote, te haces más fuerte».
Con este proyecto pretende llegar a todo tipo de público, no solo del colectivo porque «si predicas al convencido el mensaje se queda en una balsa de aceite» y así todo el mundo tendrá la oportunidad de encontrarse con vivencias y realidades que desconocían.
«Venimos de décadas de mucha desinformación. Creo que hemos sufrido más desinformación que maldad, aunque la lgtbifobia existe, como el racismo, pero sobretodo este ha sido un país muy desinformado», apunta.
Pero también apela a las personas LGTBI y les pide «que no se duerman» y no den por definitivo ninguno de los derechos conquistados. «Ojo que se pueden dar pasos atrás y convertirnos en ciudadanos de segunda. Hay que seguir consiguiendo el respeto».
Y en concreto, cree que todavía queda mucho por hacer con respecto al colectivo trans. Sobre ellos hay aún mucha desinformación, prejucios y cosificación. «Todavía están unos escalones más abajo que gays, lesbianas y bisexuales». EFE
M.M.