Esta semana se ha celebrado en Alcalá de Henares (Madrid) el 13 Congreso Nacional de los Sanitarios Penitenciarios (SESP), una especialidad que no pertenece al Sistema Nacional de Salud, sino que depende del Ministerio del Interior y que denuncia la falta de profesionales sanitarios en las prisiones.
La SESP recuerda que en la actualidad los centros penitenciarios cuentan con una población de 59.589 presos, mientras que sólo 223 médicos y 575 enfermeros trabajan en los 79 centros penitenciarios que pertenecen al Ministerio de Interior.
Los presos, subraya la SESP, tienen derecho a recibir una atención sanitaria, pero la realidad es que a día de hoy cada vez existen menos medios sanitarios que se ocupen de ellos.
Y ha alertado de que la salud mental ya supone el 34 % de la demanda asistencial y la tasa de suicidios ha aumentado un 26 % en los últimos 5 años.
Entre los factores que llevan a los reclusos a intentar suicidarse se encuentran la perdida en la tutela de sus hijos, el aislamiento de sus seres queridos, las largas sentencias y la perdida de relaciones sociales.
En la actualidad, las prisiones españolas tienen establecidos equipos de Atención Primaria formados por médicos, enfermeros y auxiliares de enfermería, y sus funciones se encuentran reguladas por la Ley Orgánica General Penitenciaria (LOGP).
Pero en los últimos años, advierte, estos equipos sanitarios se encuentran «abocados a la desaparición», ya que en la ultima OPE, de las 30 plazas disponibles para médicos, se han cubierto sólo 5 y en existen un 32 % de vacantes de facultativos en las prisiones. EFE
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