La Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE) ha reivindicado este viernes la necesidad de orientadores educativos en las etapas de Infantil y Primaria en todos los centros de enseñanza ante «el aumento de secuelas físicas, psicológicas y emocionales que se están detectando entre el alumnado» a causa de la pandemia.
En España, la Confederación de Psicopedagogos y Orientadores sitúa la media en un orientador por 800 alumnos para el conjunto de centros públicos, concertados y privados cuando la UNESCO aconseja que sea de uno por 250.
FSIE, que ha lanzado la campaña “Es momento de dar voz a nuestra infancia” con motivo del Día Universal del Niño que se celebra este sábado, subraya que los módulos de los conciertos solo recogen financiación de psicólogos y psicopedagogos en la etapa de Secundaria.
En sectores como el de la concertada -explica- la financiación de los orientadores no está contemplada en los módulos conciertos para Infantil y Primaria, recayendo su coste en los propios centros y en las familias.
Los trastornos alimentarios, el incremento de la obesidad y el sobrepeso, el aumento de la ansiedad, la irascibilidad, la tristeza e incluso la depresión son algunos de los problemas que, según FSIE, están aflorando ahora en las aulas.
En el colegio «se evidencian muchas de las secuelas que han dejado, en niños y adolescentes, las medidas de confinamiento, las restricciones de movilidad y los grupos burbuja impuestos durante la pandemia por la covid-19», explica en una nota el secretario general de FSIE, Jesús Pueyo.
Argumenta que el aislamiento infantil y juvenil, en sus distintas formas, se ha convertido en un factor multiplicador de las vulnerabilidades de los escolares en distintos frentes, con su consiguiente repercusión en el rendimiento escolar y en el equilibro personal.
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