jueves, noviembre 21, 2024
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Quince años del atentado que ¿cortó? el diálogo con ETA

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Por esta acción, una de las últimas de la banda terrorista con víctimas mortales, fueron condenados a 1.040 años de prisión los etarras Igor Portu, Martín Sarasola y Mikel San Sebastián, como autores del atentado con una furgoneta bomba en esa terminal.

Sin embargo, y a instancias de la Fiscalía, el juez de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal reabrió el caso a mediados de este mes de noviembre, porque quiere averiguar si en la preparación de esta acción terrorista tuvieron algo que ver el exjefe de la banda Mikel Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y José Antonio Aranibar.

SIN PREVIO AVISO

4 de febrero de 2006: Se inaugura la nueva terminal del aeropuerto de Barajas, la T4, una moderna instalación que había costado 6.200 millones de euros y diseñada por los arquitectos Rogers y Lamela.

Una imponente obra que permitía aumentar notablemente el número de operaciones diarias del aeropuerto madrileño y, por tanto, necesitada de un aparcamiento «ad hoc».

22 de marzo de 2006: ETA anuncia un alto el fuego permanente para «impulsar la construcción de un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos del pueblo vasco». El diálogo con el Gobierno abre una puerta a la esperanza tras décadas de violencia terrorista.

30 de diciembre de 2006: Sin previo aviso y a diferencia de lo que hizo en sus treguas de 1989 y 1998, ETA rompe ese alto el fuego y, tras una llamada a los servicios de ayuda en carretera en el País Vasco, hace estallar en el aparcamiento de la T4 una furgoneta bomba cargada con entre 200 y 800 kilos de explosivos.

Cientos de coches quedaron dañados, más de cuarenta personas resultaron heridas leves y dos ecuatorianos, Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, se dieron por desaparecidos.

Ambos esperaban dentro de sus respectivos coches la llegada de familiares desde su país. Sus cuerpos fueron encontrados después. El de Estacio, de 19 años, siete días más tarde. A los dos se les impuso en febrero de 2007 y a título póstumo, la medalla de oro al Mérito en el Trabajo. Los dos habían trabajado en la construcción.

Un año después del atentado, los propietarios de los coches afectados, más de 2.000, comenzaron a cobrar las indemnizaciones, que superarían los 12 millones de euros.

ACCIÓN-REACCIÓN: ZAPATERO SUSPENDE EL DIÁLOGO CON ETA

El atentado se produjo apenas 24 horas después de que el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hiciese gala de su confianza en el proceso de paz, en el diálogo que se había abierto tras la declaración por parte de ETA del alto el fuego.

Durante una rueda de prensa para hacer balance de su gestión en 2006, Zapatero expresó su «convicción» de que «dentro de un año estaremos mejor que hoy» en la búsqueda del fin de la violencia terrorista. Horas después, ETA dejaba de nuevo su marca en la T4.

Zapatero tuvo que abandonar su descanso navideño en Doñana y compareció en La Moncloa para anunciar que suspendía todas las iniciativas para desarrollar el diálogo con ETA.

«El de hoy es el paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas», dijo Zapatero después de recordar que la resolución parlamentaria que avalaba el diálogo establecía como condición imprescindible que hubiera una «voluntad inequívoca de abandono de la violencia» por parte de ETA.

Y añadió: «Lo que ha sucedido hoy, el gravísimo atentado de la banda terrorista ETA es radicalmente contrario a esa voluntad inequívoca», por lo que daba por roto ese diálogo.

Pero, ¿se rompió?. Años más tarde, en 2008 y en una entrevista concedida al diario «El Mundo», Zapatero explicó los motivos por los que se continuó con los contactos tras la acción terrorista de la T4. Fue por el «deseo de instancias internacionales», que esperaban que «pudiera verse la luz al final del túnel», dijo.

Fue consciente del «riesgo político» que asumía, según reconoció en esa entrevista, pero quiso emprender el diálogo con ETA porque «existía un terreno para poder llegar al final dialogado de La violencia».

A LA ESPERA DE «TXEROKI»

Han pasado quince años desde el atentado y hace ya diez que ETA decidió dar por finalizada su actividad armada.

A la banda solo le quedan sus presos, y a estos una salida individual para acortar sus condenas o aproximarse a cárceles del País Vasco o Navarra, como ya ha ocurrido con alguno de los condenados por el atentado de la T4.

Precisamente, dos de ellos fueron indemnizados con 30.000 euros (Igor Portu) y 20.000 (Martin Sarasola) después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenara a España por malos tratos en la detención de ambos.

Respecto al atentado, una vez condenados los tres implicados el juez cerró la causa, pero ahora se ha reabierto para investigar si Txeroki, encarcelado en Francia, dio la orden de atentar contra la terminal aeroportuaria.

A finales de octubre, el Tribunal de Apelación de París analizó doce demandas de entrega de Txeroki a España, entre ellas por la causa de la T4. El próximo 5 de enero las autoridades galas tomarán la decisión. EFE

 

Sagrario Ortega

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