El informe anual 2021, presentado este viernes en el Congreso de los Diputados, incide en los «serios» efectos colaterales de la pandemia, «muy singularmente en hospitales y Atención Primaria con resultados preocupantes en salud mental» y subraya «la dolorosa experiencia» en la asistencia residencial a mayores que ratifican la «urgente» necesidad de que se revise el modelo asistencial y se replantee la política de cuidados.
El informe de Ángel Gabilondo acumula quejas de ciudadanos, generalmente de edad avanzada, que han esperado meses para ser vacunados, aunque su franja de edad ya lo estaba, o de quienes ven como el protocolo covid les impide acompañar a su familiar en el hospital, medida esta última que el Defensor entiende se aplicó «lamentablemente de manera muy generalizada».
Se refiere también al cierre de consultorios locales en áreas rurales o de pequeño tamaño, con los que considera que se compromete la calidad asistencial por lo que urge a restituir el horario de antes de la pandemia.
LA PREOCUPACIÓN POR ADELANTAR AL MÁXIMO LA VACUNACIÓN
El informe también recoge un importante número de quejas en los primeros meses del año, coincidiendo con el inicio de la campaña de vacunación, de ciudadanos que no comprendían cómo sus circunstancias de salud no estaban incluidas en el listado de prioritarios.
DESCONTENTO POR CAMBIOS DE CRITERIO EN EL USO DE ASTRAZENECA
También recoge entre sus quejas el descontento ciudadano por los cambios en las recomendaciones oficiales sobre el uso de las vacunas, «seguras pero no exentas de efectos adversos».
Es el caso de AstraZeneca. Docentes y colectivos esenciales que habían recibido en una fase temprana una dosis de esta vacuna, vieron como se cambiaba la recomendación a mayores de 60, de forma que tenían que vacunarse con las otras dos disponibles (Pfizer o Moderna).
QUEJAS ANTE EL TOQUE DE QUEDA Y LA LIMITACIÓN DE LIBERTADES
Respecto a quienes cuestionan el toque de queda nocturno, el Defensor concluye que esta medida «ha contenido las graves consecuencias de la crisis sanitaria, sin llegar a producir una mayor dislocación del orden social».
INQUIETUD POR LA IMPOSIBILIDAD DE ACOMPAÑAR AL INGRESADO
La imposibilidad de acompañar a un familiar en el hospital o en el servicio de urgencias también suscita críticas. Gabilondo lamenta que durante la pandemia la aplicación de esta medida «haya sido muy generalizada».
Otro asunto que provoca quejas es que los centros hospitalarios no informe telefónicamente al familiar o allegado al paciente sobre su situación clínica, durante el fin de semana.EFE