Se trata del proyecto de investigación «Alzando la voz» dirigido a hijos de mujeres víctimas de violencia de género, que la ONG ha desarrollado en 5 provincias (Alicante, Albacete, Barcelona, Granada y Madrid) y en el que han participado más de 70 niños y niñas de entre 6 y 21 años a través de talleres de autoexpresión con los que se han identificado posibles situaciones problemáticas.
De las conclusiones de la investigación, Cruz Roja destaca cómo la violencia de género es una forma más de maltrato infantil, y las hijas y los hijos de las mujeres que sufren violencia machista son víctimas de la misma, sea ésta psicológica, física o sexual.
Así, en un 89 % de los casos, los menores fueron testigos de la violencia ejercida sobre sus madres y en un 52 % de los casos, también sufrieron maltrato directo.
Además, los niños y niñas sufren una violencia institucional que les revictimiza cuando no se consideran sus necesidades como menores de edad.
Según los resultados de este estudio, el mayor miedo que han verbalizado los niños (en el 35,5 % de los casos) está relacionado con un temor e incertidumbre constante, y la presencia de presentimientos negativos que expresan en frases como «que no le pase nada a mi madre», o el hecho de tener «miedo constante a que algo pase», también con preocupación por su familia (hermanos, hermanas, abuelos y abuelas).
La idea de la muerte y la pérdida de sus madres, familiares o amistades aparecen de forma reiterada entre sus inquietudes y temores.
Otros miedos expresados están relacionados con su alimentación o nivel de vida (10,5 %), el hecho de no poder crecer en una familia con entorno seguro y confiable (9,5 %), a la socialización (12 %) o a la falta de libertad de expresión y buen trato (12 %).
Según destaca Cruz Roja, estos signos de tristeza también destacan en los espacios que comparten con otras niñas y niños en la ONG, que se asocian a un lugar seguro donde pueden expresarse con confianza.
Por otra parte, los principales sueños y esperanzas de los niños y niñas participantes se relacionan principalmente con el deseo de una mejor educación y aprendizaje (26,65 %) y con la misma intensidad, en alimentación y mejor nivel de vida (26,17 %) expresan la mejora del bienestar material o económico.
Además, en las descripciones que realizan, expresan su deseo de disponer de una mejor vivienda-hogar para sus madres y para ellos. EFE