Esta red nació de un grupo de pequeñas y medianas empresas españolas que se unieron para adaptar su producción y, en una acción solidaria, centrarse en la creación de batas y mascarillas que venden a precio de coste a los centros sanitarios que las necesitan.
«Estamos superactivos, hemos estado trabajando toda la Semana Santa», ha explicado a EFE Mónica Ridruejo coordinadora de esta iniciativa, antigua directora de RTVE, ex eurodiputada y pintora, quien ha asegurado que han recibido pedidos de 140.000 batas, de las que ya se han entregado casi 20.000 en envíos urgentes.
La red está encabezada por la empresa textil Cotoblau S.A, especializada en la venta y fabricación de colchones y edredones y que cuenta con los medios necesarios para cubrir los grandes pedidos que reciben cada día.
«La producción va aumentando poco a poco» ha detallado Candid Penalba, dueño de Cotoblau y presidente del Consejo Intertextil español, quien ha incidido en que las operarias han tenido que adaptar sus habilidades para la creación de batas y mascarillas.
Además, Penalba ha afirmado que tras recibir el certificado de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para la fabricación de material de protección ha decidido comprar maquinaria para automatizar y aumentar la producción. “La demanda no deja de crecer” ha asegurado el dueño de Cotoblau, desde donde ya se han repartido 150.000 mascarillas.
«Hospitales a los que ya se les han entregado batas, hacen nuevos pedidos y más grandes» ha señalado Mónica Ridruejo. «La semana pasada nos pedían 1.000 y ahora encargan entre 5.000 y 10.000, ha incidido la coordinadora, quien ha remarcado que han recibido llamadas de otros países de Europa para comprar la tela de las batas, que también escasea.
Según sus estimaciones hasta ahora tienen encargos para tener trabajo hasta mayo y algunos centros sanitarios ya les han hecho pedidos a largo plazo. «Dicen que necesitan 5.000 batas por semana durante 6 semanas», han explicado desde la Red Copérnico.
Residencias públicas y privadas, hospitales, centros religiosos, empresas de prestación de servicio a domicilio, todos ellos han recurrido a esta red para intentar conseguir las miles de batas transpirables, impermeables y reutilizables que fabrican los trabajadores y trabajadoras de Cotoblau y Estudios Durero y que son vendidas a coste de producción.
Además, también existen donantes anónimos por toda España que de forma particular o en grupos anónimos hacen un esfuerzo para pagar a la red para que fabriquen el material y lo manden a asociaciones como Mensajeros por la Paz.
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