Blázquez, de 87 años, no llegó a ingresar en la UCI «en ningún momento» y durante estas semanas ha estado recibiendo tratamiento en planta en dicho centro hasta que anoche recibió el alta y ya se encuentra en casa, han confirmado este viernes a Efe fuentes familiares.
Este «tabernero», como le gusta definirse, nacido en Serranillos (Ávila), abrió en 1974 Casa Lucio, donde tuvo, reconoció en una entrevista, el «atrevimiento» de llevar a la carta de un restaurante, un plato mejorado de su abuela: huevos rotos.
«Entonces parecía una cosa de pobres, para llenarte mojando pan, y ahora es un lujo», que han saboreado premios Nobel, reyes, presidentes, futbolistas, actores, cineastas, escritores y turistas.
El pasado febrero perdió tras una larga enfermedad a su mujer, María del Mar García, con la que llevaba 59 años casados y con quien tuvo tres hijos, hoy al frente del negocio familiar, que aumentó con la apertura de la taberna Los huevos de Lucio, también en la castiza Cava Baja madrileña, además de El Landó y Viejo Madrid.
A lo largo de su dilatada trayectoria ha recibido múltiples reconocimientos, como el premio Embajador de Madrid otorgado por la Comunidad Autónoma o el que la Academia Madrileña de Gastronomía le concedió al Plato Castizo por su emblemática fuente de huevos fritos con patatas.
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