La tarde de ayer, la I Edición de Granada On TV celebró en el Centro García Lorca de la capital la mesa redonda “Ficciones de cine y televisión: condenadas a entenderse” moderada por el poeta y director del festival Francisco Quintero, en la que tuvieron especial importancia las plataformas de contenidos y que contó con la participación de los periodistas Lucía M. Cabanelas (ABC), Guillermo Busutil (Premio Nacional de Periodismo Cultural 2021), Jaime V. Echagüe (La Razón) y David Felipe Arranz (Universidad Carlos III de Madrid).
La primera parte de la mesa estuvo dedicada al oficio de comunicar el cine y la televisión al público: Lucía M. Cabanelas abrió el turno de comentarios con la necesidad de innovar en la forma de elaborar la información audiovisual para salirse del confort de los dosieres de por productoras y distribuidoras, porque “siempre busco la otra forma de contar las cosas que sorprenda, no ir a lo fácil, investigando e indagando las conexiones y márgenes de la película”.
Jaime V. Echagüe recordó la necesidad de que el periodista cuente con un largo recorrido de visionados y experiencias para poder elaborar una información que se diferencie: “sin ese fondo de conocimiento, no se puede hacer nada, igual que no todo es un contenido, por lo menos digno, porque se ha convertido en una palabra de cajón de sastre donde cabe todo: desde una gran película a un vídeo de mascotas viralizado en las redes”. Sobre las “presiones” que se puede recibir de la industria, recordó que la más difícil de lidiar es la propia “autocensura” que puede aplicarse el crítico: “Lo más sencillo es siempre ser sincero con uno mismo y, por lo tanto, con los demás”.
Por su parte, Guillermo Busutil habló de la importancia del cine y de la televisión de calidad en sus años de formación, un enriquecimiento que le sirvió después como crítico de títulos complejos como La naranja mecánica o Alguien voló sobre el nido del cuco, y para mantener su independencia e incluso valentía, a veces aun a costa de algún que otro sinsabor: “en una ocasión, alguien que había recibido una mala crítica mía se levantó en un evento y me dio una bofetada, pero la sobrellevé con orgullo porque yo había sido coherente”. David Felipe Arranz cerró esa primera parte con una llamada a la sensibilidad del crítico y la capacidad de asombro de la infancia, tanto mejor cuanto más fácil sea para él hacer el pacto de la ficción con los creadores: “Yo fui Jacques Perrin en Cinema Paradiso y gracias a mis padres pude ver siendo niño en el Cinematógrafo de Valladolid títulos que ahora es difícil que vean los niños y adolescentes, como Ciudadano Kane, Ben-Hur, La diligencia, Dos hombres y un destino o Campeón: eso te va haciendo un paladar y no todo te vale después”, comentó.
Con respecto a las presiones, recomendó no prestarles atención y crear una marca propia, una manera de hacer crítica cinematográfica exclusiva, investigando y acudiendo a las fuentes literarias originales o a los clásicos de los que bebe cada creador: “eso te ayuda a construir el universo propio del director y a soslayar las obviedades del estreno en sí”.
El eterno diálogo entre el cine y la televisión
A la hora de abordar encuentros y desencuentros del cine y la televisión, los invitados comentaron el auge y estancamiento de Netflix o la marca clásica de HBO, gracias al fondo del catálogo Time Warner. Cabanelas indicó que Netflix y otras plataformas tenían un aspecto muy positivo, ya que habían apoyado a cineastas como Scorsese o David Fincher, quienes habían podido realizar proyectos como El irlandés (2019) o Mank (2020), respectivamente, que no habían encontrado cabida en las tradicionales productoras cinematográficas. Por su parte, Jaime V. Echagüe recordó lo que ya se conoce como “la dictadura del algoritmo”: si bien es verdad que cada plataforma de streaming se adapta a las preferencias del usuario, lo cual permite un cribado, eso acaba por encerrar al espectador en su propia burbuja, cerrándole la posibilidad a otras narrativas que podrían serle igualmente estimulantes.
Guillermo Busutil indicó que el cine es una narración de horizontes abiertos, de contención narrativa en su intensidad y poética. “Las series son la exploración a fondo de los personajes, en las ramificaciones de la historia. Los tempos son diferentes, el lenguaje ha de ser siempre igual: la ambición de contar y de encantar al espectador”. Recordó series recientes que le habían dejado profunda huella, como El ala oeste de la Casa Blanca (1999-2006), de Aaron Shorkin, o Borgen (2010-2013), de Adam Price; y también tuvo un recuerdo muy especial a clásicos como Thunderbirds. Guardianes del espacio (1965), de Gerry y Sylvia Anderson; Star Trek (1966-1969), de Gene Roddenberry; Los invasores (1967-1968), de Larry Cohen; Arriba y abajo (1971-1975), de Bill Bain y otros, o Doctor en Alaksa (1990-1995), de Joshua Brand.
Por último, David Felipe Arranz reflexionó sobre los nuevos modos de consumo: “Netflix es la fast food del audiovisual: los jóvenes no se acuerdan de lo que ven, no les deja huella en la memoria, pero ofrece un consumo rápido y fácil, que ha llevado a la llamada fatiga de suscripciones. Ya se ven incluso las series a más velocidad y en maratones de 24 y 48 horas, y esto es un despropósito”.
Arranz propone la búsqueda como una aventura e incluso en formatos físicos, soslayando la facilidad de las plataformas, ya que “no todo el cine ni toda la televisión está aún disponible, como Labyrinth (1991), de Jaromil Jireš”. Recordó además cómo los maestros Sidney Lumet, John Frankenheimer, Martin Ritt o Delbert Mann, Franklin J. Schaffner o el mismísimo Stanley Kramer se iniciaron en la televisión estadounidense de la década de los años cincuenta y después dieron el salto al cine. Justo lo contrario que ahora: entonces, en los años sesenta y setenta, los directores pensaban que el cine era la aspiración, el sueño de todo realizador, cosa que ahora no se muestra tanto, gracias al desembarco de Netflix, HBO o Amazon en la industria del cine.
On TV: un encuentro obligado con el sector audiovisual
El festival se ha celebrado entre el 21 y el 24 de abril y quiere convertirse en una muestra nacional de producción televisiva y nuevos formatos audiovisuales, que se debaten en ponencias, mesas redondas y presta especial atención a los estrenos y la vanguardia. Ha contado entre sus ponentes con los directores Santiago Tabernero y Emilio Ruiz Barrachina, el guionista Diego San José, el actor Ander Puig y las actrices Olivia Delcán, Nadia de Santiago o Lucía Aguilar, la bailarina Fuensanta “La Moneta” o los periodistas Moisés Rodríguez, Roberto Rivera, Mariola Cubells o Ana Pérez-Bryan, entre otros.
La iniciativa, promovida por el Ayuntamiento de Granada y organizada por Abengsa, quiere ser motor de divulgación y debate sobre la situación televisiva nacional del momento, así como de otros tipos de formato audiovisual, además de con el objetivo de situar a Granada en el mapa de los estrenos y presentaciones de todo tipo de propuestas audiovisuales: un espacio estratégico para el sector audiovisual nacional, con todo el impacto económico que ello implica para la ciudad y como seña de identidad de la provincia. Ha contado además con Cervezas Victoria como patrocinador principal y el apoyo de SIDN Digital Thinking y