Según un estudio publicado en la revista científica ‘The Pediatric Infectious Disease Journal’, los niños que tienen 8 años o menos deben considerarse un grupo de alto riesgo de contraer la viruela del mono más grave.
Hasta ahora las tasas registradas en el grupo de los niños son bajas, sin embargo existe una especial preocupación por las complicaciones y otras consecuencias graves de la viruela del mono en niños, según han explicado la doctora Petra Zimmermann, de la Universidad de Friburgo (Suiza), y el doctor Nigel Curtis, de la Universidad de Melbourne y el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (Australia).
«Se ha informado de que los niños tienen una mayor tasa de hospitalización y un aumento de la mortalidad, incluso en los países de ingresos altos».
Según la revisión realizada por estos doctores los niños pequeños serían un grupo objetivo clave para la vacunación contra la viruela y otras medidas urgentes si se extiende el brote.
Brote actual de viruela del mono
Aunque parece que el brote de viruela del mono que estamos viviendo actualmente puede haberse propagado en la mayor parte de los casos por contacto sexual u otro tipo de contacto estrecho, aún está sin determinar el alcance que pueden otras vías de transmisión, como las gotas en superficies y objetos contaminados.
De los más de 40.000 casos de viruela del mono notificados en todo el mundo hasta el mes de agosto, solo 211 se dieron en niños y adolescentes menores de 18 años.
Destacan que el brote podría descontrolarse y extenderse a grupos vulnerables, incluidos los niños pequeños, porque la viruela del mono puede ser asintomática.
Si llegara el caso se necesitarían «medidas adicionales urgentes», y la vacuna contra la viruela del mono desempeñaría un papel fundamental.
Baja inmunidad de la población
El brote refleja la baja inmunidad de la población debido a las bajas tasas de vacunación contra la viruela.
La mayoría de los casos de viruela del mono son «autolimitados», con una erupción que progresa y se resuelve en 2 a 4 semanas.
Sin embargo, los síntomas pueden ser leves o estar ausentes, lo que da lugar a que no se diagnostiquen y a la posibilidad de una mayor propagación.
Los menores de 8 años corren un riesgo especialmente elevado de sufrir complicaciones, incluidas las infecciones bacterianas potencialmente graves, basándose principalmente en los datos de los países de bajos ingresos.
Los niños pequeños también pueden tener un mayor riesgo de complicaciones relacionadas con el rascado y la propagación de la infección a otras partes del cuerpo, como los ojos.
Tratamiento para la viruela del mono
En los casos de alto riesgo, las opciones de tratamiento incluyen medicamentos antivirales contra los ortopoxvirus y la inmunoglobulina vaccinia (VIG), utilizada para tratar las complicaciones de la vacunación contra la viruela.
Aunque la mayoría de las personas que contraen la viruela del mono se recuperan con cuidados de apoyo, para los casos más graves y los grupos de alto riesgo como los niños menores de 8 años y los que tienen afecciones cutáneas subyacentes, es necesario un tratamiento más específico.
Las mujeres embarazadas forman otro de los grupos vulnerables, así como los pacientes inmunodeprimidos y las personas con eczema o con erupción de viruela del mono cerca de la boca, ojos y genitales.
Sin embargo, «ninguno de estos tratamientos ha demostrado ser eficaz contra el virus de la viruela del mono en humanos en ensayos clínicos, y actualmente sólo se recomiendan tras consultar a las autoridades sanitarias nacionales», indican los doctores autores del estudio.
Vacunación contra la viruela
La vacuna contra la viruela es eficaz para prevenir la viruela del mono, aunque no se conoce cuál es la duración de la protección frente al virus.
Actualmente muchas personas no están vacunadas contra la viruela porque se suspendió la vacunación rutinaria contra este virus en los años 70, después de su erradicación.
Ya se ha aprobado un nuevo tipo de vacuna (MVA-BN) para la prevención de la viruela del mono, pero no ha sido «autorizada ni evaluada rigurosamente» en niños.
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C.N.