Desde que saliera a la luz su romance con el Príncipe de Asturias, Letizia Ortiz se ha convertido en el objetivo directo de los medios de comunicación. Su estilo elegante y su carácter rebelde han ocupado numerosas portadas y noticias en la prensa del corazón, y han hecho que se sitúe en primera línea en los actos presididos por la Familia Real. Periodista retirada y fan de la moda, sus estilismos han ido evolucionando a lo largo de los años, aunque siempre ha permanecido fiel a su personalidad.
Su particular gusto por las firmas de moda low cost ha sido admirado por los medios y las también amantes de las compras, además de por los ciudadanos de a pie que afirman orgullosos que compran en las mismas tiendas que la futura reina de España. Aunque no hay que olvidar que combina su pasión por las marcas económicas, sobre todo Mango y Zara, con otras más ‘lujosas’ como Felipe Varela, su diseñador de cabecera. Los que la conocen, dicen de ella que es una mujer cercana y muy sencilla, con un fuerte carácter. Pero ¿se refleja esto en sus looks? Realicemos un repaso de su trayectoria estilística desde su enlace matrimonial en 2004 con el Príncipe Felipe, el casanova de los Borbón.
Su incursión en el mundo de la realeza comenzó con un estilo clásico donde predominaban los trajes de chaqueta y falda, siempre con silueta de tubo. Forzada por la rigidez y la presión de los primeros años como miembro de la familia real, optó por no salirse de lo estándar para agradar a todo el mundo.
Como calzado, unos zapatos en tonos nude o negros siguiendo con su estela clásica, y habitualmente de tipo salón. Su pelo siempre ha sido uno de los grandes ‘olvidados’, donde la innovación y la frescura suelen brillar por su ausencia. Aunque siempre hay excepciones, y en determinadas ocasiones ha optado por recogerse el cabello o hacerse unas ondas bien definidas.
Esta es la norma general que rige en todas sus apariciones en actos oficiales, aunque cambia radicalmente cuando se evade de sus obligaciones reales. Los vaqueros y un calzado cómodo, aunque no siempre plano, son sus preferidos para los días más informales. En sus apariciones durante sus famosas vacaciones en Mallorca, en la residencia de los Reyes, las camisetas de rayas y el look navy son sus fieles compañeros.
En los años posteriores a su boda, otro de los colores predominantes ha sido el rosa candy, por el que opta en vestidos y trajes. Un tono muy adecuado para su tez clara y su cabello castaño que le proporciona la luz que necesita, saliendo de su habitual apuesta más sobria como fondo de armario.
Uno de los estilismos que más sorprendió de la Princesa fue el que lució a finales del año pasado para asistir con su marido a la Residencia del Embajador de Estados Unidos, durante su viaje oficial. Su pelo, con un aire mucho más juvenil que cuadraba a la perfección con su ropa más ochentera y desenfadada, aunque siempre fiel a su ‘negro’ del alma. Las plumas y lentejuelas en la camiseta fueron otra de sus apuestas que resultaron un acierto.
Su nuevo y preferido must es ahora la camisa blanca. Con faldas de vuelo, tubo o con pantalón, cualquier opción es válida para incorporar a su nueva mejor amiga en todas sus apariciones. Eso sí, se mantiene fiel a sus zapatos de salón en color tradicional.
Todo esto configura una Princesa clásica, formal y elegante que se resume en su saber estar.