Dicen que cuando un niño llega a una casa, las penas son menos penas, y eso es lo que la pasa a Isabel Pantoja. Otra de las frases típicas es «No hay mal que cien años dure» y esa es sin duda una de sus premisas. De hecho, es una canción que está en su repertorio habitual.
Después de todo lo que ha salido en los últimos días sobre el distanciamiento y la mala relación con su hija y el novio de esta, Alberto Isla, la Pantoja ha hecho de madre que lava los trapos sucios en casa y ha dejado a todos en buen lugar. Lo primero, sus nietos de los cuales ha dicho que son unos muñecos. Hasta el mísmismo Alberto Isla ha salido bien parado, zanjando cualquier comentario: «Son todos buenísimos».
La tonadillera ha salido a la calle y lejos de no hablar, ha meneado la bata de cola como nadie y ha hablado alto y claro al preguntarle que le parecía que su hija Chabelita se fuera abriendo camino y tras protagonizar una portada se planteara ser imagen y enfrentarse a todos los medios: «Yo quiero que mis hijos sean felices y mis nietos también». En cuanto a las voces que aseguran que está levantando el vuelo, y se está buscando un hueco por sí misma comenta: «Ya es mayor de edad…». Aunque al preguntarle que iba a ser imagen de la dieta de la alcachofa tan solo se pronunció con un: «Ah, ¿sí?».
Ni que decir tiene que, la relación con su hijo Kiko Rivera es de lo mejor y dice de él que es: «Maravilloso».
En cuanto a sus problemas judiciales ha dado un golpe sobre la mesa y ha sentenciado: «Voy a cantar, ¿vale? Cantar es lo que he hecho durante 40 años y es lo que sigo haciendo». Y es que a la exnovia de Julián Múñoz se le podría complicar su «implicación en el caso Malaya» ya que la familia Zaldívar pedía que a Mayte Zaldívar, se la ajusticiara como a la cantante, que se las tome por igual por considerar excesiva la pena de la que fuera mujer del alcalde de Marbella. Veremos que sucede y que la cantante disfrute al máximo de sus nietos que la sacan la mayor de las sonrisas.