Que la situación económica de Isabel Pantoja es delicada es algo que hemos ido conociendo durante este tiempo. La tonadillera necesita liquidez urgente y estaría pensando en vender unas posesiones muy preciadas.
Ha sido en El programa de Ana Rosa, donde Antonio Rossi ha desvelado que Isabel Pantoja podría deshacerse de algunos objetos de su difunto marido y padre de su hijo, el torero Francisco Rivera Paquirri. Joyas, pertenencias personales y de gran valor sentimental se encontrarían entre esos objetos que Pantoja pondría a la venta.
Según ha informado el propio periodista en El Programa de Ana Rosa, esta decisión estaba tomada antes de que la artista entrase en la cárcel de Alcalá de Guadaíra. «Obtener liquidez inmediata», aseguraba el propio Rossi es lo que pretende buscar el entorno Pantoja.
«De entre esos objetos personales, se encuentran algunos de su vida de casada», explicaba. «Es Agustín quien está haciendo esta gestión». No se especifica de qué objetos se están hablando de si son originales de Paquirri que compartió con Pantoja mientras estuvieron casados o solo de objetos de ella de ese periodo. Además, también se ha comentado en el programa que la cantante ha podido vender otros objetos tipo trajes, o pertenecientes a sus conciertos.
Isabel no es la única con problemas económicos. Kiko Rivera y Hacienda: su dúplex embargado y una deuda de 215.0000 euros.
Era Beatriz Cortázar quién preguntaba a modo de reflexión si de entre esos objetos se encontrarían unas esmeraldas de Paquirri, las cuales también tienen su historia detrás.
«He preguntado por bienes que van desde las esmeraldas, hasta capotes de torear, hasta enseres de Paquirri», afirmaba Rossi sobre sus investigaciones. A la mente se nos vienen las famosas posesiones del torero que deberían tener a día de hoy Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez, las cuales todavía no tienen -y eso que hay una sentencia judicial de por medio-. «No me han comentado si esos objetos son los que se quedó Isabel o son los que le pertenecían a sus hijos», sentencia Antonio Rossi.
Finalmente, esta venta o 'subasta', por llamarla de algún modo, se hace «a nivel personal, privado» por gente cercana a la artista que le gustaría tener un objeto tan preciado que perteneciese a la tonadillera.