Alba Carrillo ha vuelto a recuperar la sonrisa. Después de su ruptura con el tenista Feliciano Lopez la modelo estuvo un tiempo sin salir mucho de casa por miedo a la repercusión mediática. Sin embargo, la joven ha decidido poner al mal tiempo buena cara y se ha ido a comer junto a un atractivo joven, junto al que no ha parado de sonreír y compartir confidencias.
Alba charló animadamente con su acompañante, un joven moreno con el que parecía llevarse a las mil maravillas. Pese a todo, a la madrileña parece que no le hizo demasiada gracia que los paparazzis la descubrieran en esta salida matutina, por lo que decidió taparse un rato la cara con el abrigo para así interferir en el trabajo de los fotógrafos. Este hecho divirtió a su compañero de mesa, que le rió la gracia a la colaboradora televisiva.
Tras el almuerzo, ambos abandonaron el establecimiento y dieron un tranquilo paseo por los alrededores. Fue entonces cuando la modelo se mostró más relajada, tranquila y sonriente, e incluso se tomó la licencia de gastar alguna broma mientras aseguraba: «oficialmente es mi novio, qué suerte tengo».
Le pide 120.000 euros a Feliciano
La ex concursante de Supermodelo 2007 ha sacado toda la artillería pesada para realizar su demanda de separación de Feliciano Lopez. Carrillo reclama varios puntos fundamentales que tienen que ver con su compensación económica por el tiempo que estuvieron casados.
El primero de ellos es que la modelo pide 120.000 euros a desembolsar en un único pago. Además, Alba quiere la nulidad de la separación de bienes que se firmó cuando llevaban 6 meses casados, para que de este modo constarían como gananciales todos los bienes que se generaron desde su boda el 17 de julio de 2015. El tercer punto, y no menos polémico, es que reclama la anulación de la liquidación de bienes.
Además, mientras que Feliciano ha alegado que su boda se hizo de manera precipitada y que la relación no era tan sólida, la estrategia de Alba es la contraria: demostrar que tenían planes de formar una familia con informes médicos de por medio.
Ana P. Cabrero