Este domingo se celebra el Día de la Madre, una fecha muy especial en el que los hijos homenajean a la mujer que les dio la vida. Además del regalo de rigor, es importante valorar el tiempo que se pasa junto a una madre, que con el paso de los años se va reduciendo más y más. Por eso, qué mejor que pasar este día haciendo algún plan especial que, sin duda, es lo que más ilusión puede hacer. Simplemente hay que encontrar algo que os apetezca a los dos y disfrutar de una jornada diferente y divertida.
Una tarde de teatro
Elizabeth Taylor y Paul Newman saltan directamente a nuestra memoria si escuchamos cualquier referencia a 'La gata sobre el tejado de zinc', pero el filme de 1958 nació de una obra de teatro con la que Tennessee Williams ganó el Premio Pulitzer en 1955. Hace casi 70 años José Luis Alonso la subió por primera vez a los escenarios españoles con Aurora Bautista y Rafael Arcos como Maggie, la gata, y Brick. Ahora 'Una gata sobre el tejado de zinc caliente' vuelve al Teatro Reina Victoria de la mano de Amelia Ochandiano y con Juan Diego, Eloy Azorín y Begoña Maestre.
Temas como las relaciones de poder, la ambición, el deseo, el amor, el desamor, la tiranía o la familia priman en este montaje. Además, subrayan aspectos como la lucha entre la verdad y la mentira, la relación entre Brick y su padre y el papel activo de la mujer por encima del gran tabú de la obra en los años cincuenta: la supuesta homosexualidad de su protagonista. Entradas disponibles hasta el 14 de mayo.
Una merienda con encanto
La pastelería La Duquesita es de esos establecimientos emblemáticos en Madrid que levantan ampollas cuando hablan de cierre. Abrió en 1914 y, tras tres generaciones de arte pastelero, la familia Santamaría decidió no continuar con el negocio. La suerte quiso que el reconocidísimo maestro pastelero Oriol Balaguer se fijara en esta perita en dulce y decidiera hacerse cargo. La Duquesita de Balaguer se basa en tres pilares gastronómicos. Por un lado, los pasteles, tartas y postres que venden mantienen ese equilibrio entre modernidad y tradición tanto en sabor como en texturas. No pueden faltar los hojaldres, los croissants, las palmeras y los pannettones. Y la tercera pata parte de la tradición pero permite a Oriol Balaguer innovar en el producto: los bombones. Tiene una carta de 12 variedades que combina sabores de siempre (como vainilla, anís, naranja o violeta) con otros más exóticos y atrevidos como el yuzu, maracuyá, frambuesa con lichis o lima y menta.
Curso de repostería
En el curso de repostería de Kitchen Club aprenderás las técnicas de preparación de los distintos postres y platos de forma didáctica y entretenida. El objetivo es que al terminar el curso se puedan preparar de una manera más ágil y con un excelente nivel de resultado diversos platos de repostería.
«El arte de la repostería se basa en crear el gran cierre de una buena comida, sorprendiendo con texturas, sabores dulces y apetecibles sorpresas. Durante el curso de postres te enseñaremos las técnicas básicas de repostería y serás capaz de preparar postres como tiramisú, brownie, tarta de zanahoria o cheesecake. Aspectos como la presentación, emplatación, colores y texturas son puntos clave que aprenderás en el curso de repostería», anuncian desde la academia. Tiene una duración de tres horas, más una merienda, y cuesta 70 euros.
Un picnic al sol
Una opción muy agradable es hacer un picnic al aire libre con comida de un take-away. De estética sencilla y modesta es Mox Life, junto a la plaza de San Ildefonso, en la Corredera baja de San Pablo número 53. Y la carta es breve, con una apuesta que se puede resumir en tres productos: zumos de frutas (cada cual combina las tres que más le apetezcan), batidos detox y ensaladas de ingredientes frescos, como espinacas, lechugas, aguacate, tomates cherry, granada, queso feta o parmesano. Su secreto es que todo se hace al momento y tienen un packaging de lo más original.
Ana P. Cabrero