El futuro parece ser bastante incierto para Iker Casillas y, por lo tanto, para su mujer Sara Carbonero y sus hijos. La familia al completo reside en Oporto, ciudad portuguesa en la que el juega el guardameta. Sin embargo, y con motivo de la llegada del mercado de fichajes de invierno y de la intervención de la UEFA al FC Porto por inclumplir el 'fair play' financiero los dos últimos años, la estancia de Casiilas en el equipo parece que no será muy duradera.
En caso de una hipotética marcha del jugador de su actual equipo se podrían dar varias posibilidades para la familia a partir de 2018. Podrían quedarse en Oporto, ya que el curso de sus hijos está empezado y la periodista está de excedencia en Mediaset. Pero también podrían hacer las maletas y regresar a España, o emprender una nueva etapa en otra ciudad si el portero fichase por otro club.
Pese a todo, aún no hay nada seguro, aunque dentro del clan ya se están preparando ante las posibles consecuencias. Y es que el sucesor podría estar no solo cerca de ellos, sino dentro del núcleo Casillas-Carbonero. Lucas, el menor de la familia, parece tener habilidades futbolísticas, que demuestra con tan solo un año de edad.
A juzgar por las imágenes publicadas por la periodista ha heredado la destreza de su padre, por cómo sostiene la pelota mientras juega con otro niño. El matrimonio ha pasado un fin de semana de lo más divertido junto a sus hijos. Han estado de cumpleaños en cumpleaños, y apurando los últimos coletazos de este otoño tan veraniego en el parque, un momento que Iker ha compartido en sus redes sociales y en el que se observa lo bien que se llevan Martín y Lucas, y lo mucho que ya juegan juntos.
Ana P. Cabrero