Lo ha confirmado la propia Isabel en una exclusiva concedida a la revista ‘¡Hola!’ que aparece en la portada y pide respeto ante su nueva situación personal.
La reina de corazones no ha querido dar muchos detalles y se ha mostrado visiblemente afectada, «no quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión» declara Preysler.
Los «celos» del escritor peruano y el «desgaste» de la relación es lo que les ha llevado a tomar esta decisión. La convivencia se había vuelto complicada, debido a los diferentes compromisos laborales de ambos y al carácter cascarrabias del nobel.
Hacía tiempo que los rumores de crisis en la pareja sonaban con fuerza, vacaciones por separado e incluso se señala que a mediados de diciembre se produjo “una escena de celos infundados”, tras la que el escritor abandonó el domicilio familiar, aunque tampoco era la primera vez que lo hacía y esa actitud recurrente habría sido el detonante para que Isabel Preysler decidiera no seguir adelante, la decisión no tendría ya marcha atrás.
El inicio de su amor
En mayo del año 2015 se supo que la viuda de Miguel Boyer había comenzado una relación amorosa con el anciano Premio Nobel de Literatura.
Ella había enviudado en septiembre del año anterior, tras casi treinta años de matrimonio y el flechazo entre ambos surgió durante un viaje a Londres.
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Desde ese momento, ambos empezaron una relación que ha pasado por duros momentos con respecto a sus familias pues ninguna de las dos se lo esperaba, en la de Mario acababan de celebrar las bodas de oro con su anterior mujer y en en el caso de Isabel, su hija Ana aún no había asimilado la muerte de su padre.
Esta vez no se ha podido casar, algo que anteriormente si había conseguido con todas sus parejas conocidas.
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