Cine: Un cuento de Navidad.
La madre egoísta.
Por Manu Pagola
es una película francesa insólita. Es además de insólita sólida contando cosas genuinamente ciertas. Esto produce alegría, el cine tiene cosas que contar.
La historia, como indica el título, gira alrededor de la fiesta de la Navidad. Pero bajo su aparente cáscara convencional hay un relato poderoso. Es creíble. Es cierto, sobre una familia concreta, la familia en general. En estas fechas se ventilan, en la película y en la vida, los trapos sucios.
Son unas vidas cruzadas gracias a los lazos que son familiares. Y es posible desarrollarlas gracias al peso específico que tienen los actores. Todos ellos, los principales, los que tienen nombre, los que tienen apellidos ilustres, son los que ejercen de vehículo narrativo. También los secundarios que aportan matices, los adolescentes y los niños.
La madre, Catherine Deneuve, es una madre egoísta que tiene una enfermedad genética incurable. Solo se curará con la ayuda de uno de sus hijos(o nietos) que tenga un ADN compatible. Ella, la actriz, sigue siendo guapa pero también sigue siendo una actriz incapaz de transmitir sentimientos.
El hijo pródigo es Mathieu Amalric. Su personaje es un bufón a veces y un borde otras. Con su progenitora tiene un conflicto, trauma y los demás personajes sirven, se usan para completar este melodrama.
Como tal cambia constantemente de tono y ritmo. Puede hacerlo el director Arnaud Desplechin dado que juega con los excesos. Pasa del tono grave al frívolo en todos los grados. Igual hace con el sentido cómico de los hechos a los discursos serios. Todo son transiciones con los matices que le sientan muy bien a la historia, la hace creíble.
Un cuento de Navidad debería haberse estrenado en esa época para que fuera un digno contraste frente a las cursilerías de la industria norteamericana. Pero la vida de los exhibidores tiene otros derroteros y quejas en su discurso.
El buen cine que tiene dentro es para hablar de desajustes familiares. Estas explicaciones necesitan su tiempo. La película es larga.
Explicar, describir un conflicto necesita su tiempo y en el caso de la familia pulso. Y aquí hay uno bueno. Están describiendo algo que es habitual escondido en el sueño del amor sanguíneo, de la misma sangre. Termina como es normal todo sigue al final como al principio, más o menos igual. Con poca complacencia con la institución familiar.
Esta historia parte de una frase: el dolor no tiene nada que enseñarme de R W Emerson. Todo lo demás se desarrolla a su alrededor con el guión que atrapa como si fuera una tela de araña.
La película es clara, está lejos de los caminos trillados habituales. Juega con el intimismo como parte de la fuerza narrativa que tiene dentro, sin sentimentalismo, con sentimientos y, permítanme el juego de palabras, sentido. Eso si en el relato hay mucho de impostura, de teatralidad, artificio, como ocurre en la misma vida. Es una poderosa ficción. Es buena.
(Un conte de Noël)
Dirección de Arnaud Desplechin
Guión de Emmanuel Bourdieu y A. Desplechin
Fotografía de Eric Gautier
Intérpretes. Catherine Deneuve, Jean-Paul Roussillon, Anne Consigny, Mathieu Amalric,…
2008. Francia.