Teatro: El jardín de los cerezos
Llama al ayer.
Por Margarita Jauregui
está dedicado al teatro, para hacerlo con actores ingleses y norteamericanos. Además es un proyecto de repertorio en gira con obras de los clásicos.
Tanto es así que su trabajo sobre los grandes nombres de la literatura se sustenta sobre el respeto al texto, su recitativo, dados que sus parlamentos son bien dichos, de aquella manera, colocados delante del público, suena con grandeza.
Eso hacen con El jardín de los cerezos (The Cherry Orchard) de Anton Chéjov. Uno cierra los ojos o los tiene abiertos y cree que está, más bien, en una clase de inglés, hecha con una magnífica declamación teatral. Su trabajo de la voz, la colocación de la misma, su proyección funciona, incluso con la expresión verbal hecha al estilo antiguo.
Su espacio en el escenario está colocado de una manera diáfana, en parte porque el decorado tiene que viajar en gira por provincias. Mejor bien dicho, Madrid es la oscura provincia de Flaubert frente al centro del mundo que es Nueva York.
No estoy de acuerdo en esta mirada globalizadora (sic) de algunos teatreros que nos considera a los demás pueblerinos. También hemos leído, hemos actuado y hemos visto cosas, ellos no nos enseñan nada, hemos aprendido sin dilapidar el dinero.
Pero volvamos al Jardín de los cerezos, la huerta de guindos. Es la traición del traductor ya que no es lo mismo un jardín (concepto estético) que un huerto (concepto de cultivo para sacarle rendimiento) ni un cerezo tiene que ver con un guindo. Parece que forma parte de la tres catorce, un engaño vamos, que hacen para sacar dinero llega hasta el nombre de las cosas. Pero bueno. Una ve las cosas con interés cultural, hasta las que no le gustan nada y le parecen un engañabobos.
Pero sigamos con el teatro. La versión es buena, la firma Tom Stoppard. Es cuidadosa. Mantiene el tipo todo el tiempo aunque hay algunos baches dentro, sobre todo en la segunda parte. Es más coral, está resuelta por los actores secundarios que la defienden con agilidad y viveza, es coral.
Y entendamos al final que hemos visto teatro intelectual al estilo anglosajón, es decir mirando al pasado. Para mi es teatro visto en VO (Versión original) y Subtitulada (VOS). Esto es más clase de lengua que de interpretación.
Al fondo, menos mal, que habita el hombre., es decir se nota el realismo poético de Chéjov.
Nota : Después de El Jardín de los cerezos viene Cuento de invierno (The Winter´s Tale) de Shakespeare. Como complemento del repertorio, del valor seguro, de decisión tomada para los aplicados estudiantes del idioma.
(The Cherry Orchard)
De Anton Chéjov
Dirección de Sam Mendes, versión de Tom Stoppard.
Intérpretes. Sinéad Cusack, Morven Chistie, Rebeca Hall, John Hamilton, Ethan Hawke…
Teatro Español de Madrid.