es una comedia italiana al viejo estilo. Con todos los aciertos que supone contar con realismo las cosas que pasan, con humor.
Y se agradece entre tanto cine de guapos haya cuatro señoras, actrices aficiondas, más reales que la misma vida, de 85, 87, 90 y 93 años. Y se agradece que entre tanto rico sobrado de dinero haya películas con gente que no tiene un duro y sufre cada vez que tiene que hacer la compra. Como la vida misma vamos.
Este esfuerzo de diferencia lo ha conseguido su actor principal, guionista y director, Gianni Di Gregorio, en su ópera prima que presentó en Venecia el año pasado. Con un tono dulce, de comedia all’italiana, con humor corrosivo. Todo eso es como si fuera una reunión( sin el como) que se celebra el 15 de agosto en Roma, cuando todo el mundo se ha ido y se quedan los que no pueden moverse. Ellos le llaman ferragosto. Nosotros el día de la Virgen de Agosto.
En la Italia de las velinas (azafatas televisivas) hay un hombre de media edad que tiene que cuidar de su madre mayor, muy mayor. Y no tiene dinero, nada, por eso acepta lo que haga falta. Por eso acepta cuidar-aguantar además a otras viejas de muchos años.
Tiene que tragar que lleguen a su casa para estos días tres señoras a las que deberá atender con más paciencia que habilidad. Lo hace con gracia y los espectadores se ríen en donde deben hacerlo. Entre sonrisas y alguna carcajada va entrando entre nosotros un discurso auténtico, rico, lleno de matices sin ninguna concesión. Al final uno ve una película amable que merece no perderse. Además es corta(1h 15 min)
es una película sencilla, humilde que quiere llegar a los espectadores a partir de personajes que son auténticos. Nosotros nos identificamos con ellos. Tanto que uno siente nostalgia por el cariño con el que dicen que madre no hay más que una ¡Afortunadamente! y que cuando falta todo siempre estará con nosotros para cuidarnos. Aunque no lo se muy bien, creo que más bien es al revés.
Claro ellas no dan nada en balde. Son caprichosas e imprevisibles. Hay que cuidarlas y aceptar que puede pasar cualquier cosa. El protagonista, el director y guionista es el que acepta a regañadientes las cosas que pasan y las sobrelleva sabiendo que serán, quien sabe, muy pocas jornadas.
Todo esto se convierte en una locura que invade la casa y hay que sobrevivir a ella. Los diálogos son tan reales como la vida misma. Las situaciones son cotidianas y sin alharacas.
La búsqueda de comida para el menú del 15 de agosto resulta complicado, comerán pescado recién pescado en el río Tiber pero todo se resuelve con buena voluntad, con amabilidad, sin pretensiones aparentes, con la gracia del que quiere llegar con lo principal olvidando todo lo que es superficial. Lo consigue el director y todos tan contentos.
(Pranzo di Ferragosto)
Guión y dirección de Gianni di Gregorio.
Fotografía: Gian Enrico Bianchi
Intérpretes: Gianni di Gregorio, Valeria de Franciscis, Maria Cacciotti, Maria Calì, Grazia Cesarini,…
2008, Italia, 1h15 min.