Es una película serena. Gira alrededor de la muerte y reflexiona sobre la distancia que hay en este mundo cruel con lo que hay(o no) en el más allá.
En Still walking, en japonés Aruitemo, aruitemo, la vida fluye con sinceridad. Es una reflexión sobre los padres que se han ido y un mea culpa en el que el director dice que le hubiera gustado pasar más tiempo con ellos pero la excusa del trabajo justificó sus ausencias durante mucho tiempo.
Todo gira alrededor de la muerte, sobre el vacío, sobre el recuerdo que la familia deja en nosotros. Todo está lejos del morbo y del dolor de la inequívoca ausencia. Más allá de la muerte aun antes que esta se produzca inevitablemente. Por eso la referencia a ella es al final, al terminar, e indicar que su padre se murió tres años después y su madre a los seis años.
La historia son los hechos que ocurren en 24 horas, el tiempo de la visita de los hijos a sus padres ya mayores. El padre es un ser enfurruñado. La madre es un ser sereno con un punto de crueldad, algo sádica y mucho de masoquista. Y con una tesis que se expresa de esta manera: es fácil ser hijo y muy difícil ser padre.
La forma narrativa utilizada por Hirokazu Kore-eda esta planteada sin prisas. Eso si no se pierde el tiempo en circunloquios. Va a la esencia del relato para que sea cercano. Por eso enfatiza las jerarquías. Por eso habla de la dignidad, de la grandeza, de las miserias, de la rutina que significa vivir en familia.
En Still walking no ocurre nada importante. Solo vemos la preocupación del protagonista por la edad avanzada de sus padres. Eso si, sin que ellos lo noten. Todo es por enfatizar que hubo un ‘antes’ y también un ‘después’ de acontecimientos dramáticos. Uno de los hijos de la pareja murió salvando a un niño.
es un momento de la vida de una vida y de una familia. No es una idealización complaciente, no. Es real como la vida misma. Pero eso el director se ha empeñado (y conseguido) que se reconociera a su madre, a nuestra madre, a todas las madres.
Todo está hecho sin justificación para el autor ni para ellos, ni para los hijos ni para los padres. No ha querido llorar su perdida. Si celebrar que le hicieron de una determinada manera.
Por eso las imágenes del final son para reproducir la visita que el hizo una vez (y vemos en la película) al cementerio. En el reproduce los mismos ritos y símbolos que hizo antes su madre. Incluso explica a su vez el significado de una mariposa blanca que vuela, que antes fue amarilla, y es la imagen animal de un alma en pena, como si fuera un dolor íntimo.
Still walking (Aruitemo,aruitemo)
Guión y dirección: Hirokazu Kore-eda
Fotografía: Yutaka Yamazaki
Intérpretes: Yoshio Harada, Kirin Kiki, Hiroshi Abe,…
Japón, 2008.