Francis Ford Coppola es un cineasta clásico que con el paso del tiempo no ha querido vivir del pasado. Y se la lanza a producir, escribir y dirigir películas, para seguir, para sentirse en este mundo, para no ser un dinosaurio.
En Tetro se arriesga. No acierta. No importa. Prefiero un riesgo que da como resultado un ejercicio fallido a un éxito a costa de multitud de concesiones.
En Tetro el director es además productor y es el guionista. Así ha podido hacer lo que quería sin cortapisas. Al margen de la gran industria que le tenía secuestrado y de alguna manera marginado. Por eso es el principal responsable de no haber cumplido las expectativas generadas.
es un ‘pasote’. Una cosa (película) en la que se le ha ido el ritmo, el pulso y la capacidad de narrar con eficacia. Es cierto que sigue siendo a pesar de los peros, de los pesares, de las expectativas generadas, interesante.
Además es valiente ya que ha querido contar una historia familiar para decir que la familia está bien, gracias. Y el problema que ha tenido es que ha introducido muchas cosas más. En vez de explorar la relación entre hermanos, de los hermanos con la mujer de uno de ellos, de su tensión fraternal, de los traumas, de las fobias y filias se ha ido a contar otras cosas hasta acabar en la Patagonia. Una pena.
Vincent Gallo es Tetro que a su vez es un nombre propio. Un personaje lleno de complejos, de miedos y de problemas. Un genio y con una mujer, Miranda-Maribel Verdú, que tiene la función de narradora. Está bien, quizás demasiado presente, algo, alguien que cuenta la historia no puede conocer todos los detalles que se describen. Por eso es una pena que la chica le robe planos al protagonista.
Además hay cosas en la narración son estupendas. Buenas, incluso geniales. Como son esas ensoñaciones que son bailes, paso a dos sobre todo, que remiten a Las zapatillas rojas (1948) de Michael Powell. Estas son en color.
La narración principal es en blanco y negro. Con unos encuadres magníficos, con una iluminación expresionista, con una iluminación sin color, según frase feliz del director, con fuerza expresiva y multitud de ideas dentro que podría ser cada una de ellas una película completa. Por ejemplo su amigo del bar que todo el tiempo está peleándose con su mujer a la italiana o a la porteña que es lo mismo. Esto le hace que sea un ‘pasote’.
Le ha pasado a Francis Ford Coppola lo que le ocurre a muchos cineastas reconocidos, que dan muchos vaivenes a lo largo de la película. Tantos que se pierden, se pierde. Si se hubiera contentado con el tema principal, es decir, la rivalidad de la familia, habría sido magnífica.
Y como en los grandes textos, en las grandes películas, como ocurre con los clásicos, las rivalidades acaban en un drama. Este tiene visos surrealistas, por eso tiene muchos puntos en común con la última película que ha hecho Gonzalo Suárez ( Oviedo Express, 2007) y con el Edipo clásico de la Grecia más clásica del teatro.
no convence. Si que interesa. Parece que al final se mantiene gracias a que es todo un ejercicio de estilo.
Tetro
Producida, escrita y dirigida por Francis Ford Coppola
Fotografía: Mihai Malaimare.
Intérpretes: Vincent Gallo, Alden Ehrenreich, Maribel Verdú,…
USA, Argentina, España, Italia, 2009. www.tetro.com