Uno de los grandes problemas de la literatura española es la carencia de premios prestigiosos que guíen fiablemente al lector. Todo lo contrario ocurre con las ediciones anglosajonas, donde galardones como el Man Booker Prize o el Pulitzer son tan solo el mascarón de proa de una ingente colección de concursos en los que los libros ganadores siempre tienen calidad, son dignos de ser comprados.
Así me encontré con El señor Pip, nombrado en 2007 mejor libro de la Commonwealth, escrito por el neozelandés Lloyd Jones y que a la postre es una de las mejores novelas que he leído en los últimos tiempos. Por otro lado, es un libro diferente que mezcla culturas, razas y lenguas para dar una nueva perspectiva sobre el ser humano enfrentado siempre a los absurdos de los ismos y de la guerra.
La acción se sitúa en Bougainville, una isla de Papúa Nueva Guinea que a partir de 1991 sufrió una guerra civil entre los nativos independentistas y la gran isla de la Polinesia. En este caos bélico, los habitantes de una aldea se quedan sin suministros, sin paz, sin hombres, sin las cosas que hacían su vida agradable y moderna. De repente, tienen que vivir como sus ancestros.
Pero, sobre todo, los niños de la aldea se quedan sin escuela. Matilda, la protagonista y narradora, se ve sometida así a una vida de ocio y aburrimiento. Hasta que el señor Watts, el único blanco que queda en la aldea, decide darles clase en el viejo edificio escolar. Como no sabe muchas cosas, su docencia se basará en la lectura diaria de Grandes esperanzas, de Charles Dickens, protagonizada por Pip, el gran personaje que da título a la novela.
Todo transcurre plácidamente hasta que la aldea se ve visitada sucesivamente por las tropas gubernamentales y la guerrilla independentista. El pacífico paraíso del Pacífico sufre así el absurdo de una guerra que nadie entiende muy bien. Y la historia fluye con una facilidad pasmosa hacia un final inesperado, salvaje, cruento, humano. Matilda nos lleva consigo en su recuerdo de lo que ocurrió en su adolescencia para que la ayudemos a comprender lo que no tiene explicación.
es una gran novela. Tiene un gran número de personajes inolvidables entre los que destacan la propia narradora, su madre y el señorWatts. Pero es sobre todo magnífica porque, aparte de contar bien una buena trama, bucea en los aspectos más misteriosos de la mente humana. Sin caer nunca en el panfleto o la elucubración gratuita, la novela es una espléndida reflexión sobre el racismo, la religión, los prejuicios, el peligro de la ignorancia, la guerra, el valor de la literatura como escuela y refugio.
La narrativa anglosajona vive buenos momentos. Lloyd Jones es un ejemplo más. Un autor descubierto gracias a un premio fiable. Así es posible seguir descubriendo nuevos valores y disfrutar con historias que, aunque transcurran en las antípodas, nos acercan a nuestra propia esencia, a las contradicciones del ser humano, capaz de lo mejor y de lo peor.
(Mister Pip)
Lloyd Jones
Traducción de Isabel Ferrer Marrades.
Salamandra 2009. : 256pp. 16 euros www.salamandra.info/titulos.php?titol=575