El exabrupto cómico de calidad siempre es reconfortante. Aún más en tiempos de crisis, cuando son los payasos los que mejor pueden retratar la sociedad en la que vivimos. Pensemos si no en magníficas críticas del absolutismo como Sopa de Ganso o El gran dictador.
Pablo Tusset es uno de los escasos escritores cómicos que le quedan al siglo XXI español. Con Lo peor que puede pasarle a un croissant, el barcelonés traspasó las fronteras establecidas por el Eduardo Mendoza más satírico para ofrecer un retrato salvaje, surrealista e hilarante de la Barcelona postolímpica.
En Sakamura, Corrales y los muertos rientes Tusset da un paso más allá para criticar con mordacidad, crueldad y humor la realidad española. Escrita en tono de utópica irrealidad, la novela refleja con fuerza, crudeza y muy mala leche esta España que muchas veces nos hace sufrir. El gran éxito de este insigne humorista es que, destapando cada una de las vergüenzas del Estado autonómico, consigue sacar una carcajada tras otra a pesar de que seamos conscientes de estar leyendo algo irreverente, atroz desde el laminador punto de vista de lo políticamente correcto.
Tusset no construye grandes tramas. Tampoco es un estilista del castellano, aunque lo maneje con soltura y agilidad dentro de su muy original capacidad cómica. Sus libros suelen presentar unos personajes inopinados mas absolutamente reconocibles. Aquí, un guardia civil chusquero, un inspector japonés de la Interpol que habla un español de manual de instrucciones de una lavadora, una bellísima agente secreto, un President aerofágico, un remedo zapateril con propensión a hurgarse la nariz y no entender nada… sirven como vehículo para esta cáustica sátira de las que no dejan títere con cabeza
Tusset ha vuelto a sorprender, aunque ahora la acidez de su crítica ha impedido que esta novela goce de la fama del ‘croissant’. Su esperpento viviente es demasiado revelador de una España llena de carencias, y quizás por eso haya gente que tenga miedo a este libro. Lo increíble es que a pesar de rozar constantemente el mayor de los absurdos, Sakamura, Corrales y los muertos rientes resulta trágicamente cercana. Todo es muy improbable, lejano a cualquier posible realidad que imaginemos. Pero, ¿es imposible?
Ahora más que nunca se agradecen novelas humorísticas como esta. Salvaje, incorrecta, sarcástica, elefantiásica, consigue superar sus grandes taras narrativas para hacernos reír al tiempo que asistimos a uno de los grandes retratos satíricos de la España de los últimos tiempos. Un soplo de aire fresco que, además, se lee en un par de sentadas.
Sakamura, Corrales y los muertos rientes
Pablo Tusset
Editorial Destino, 2009. 252pp. 16,00 euros http://www.edestino.es/FichaLibro.aspx?IdPack=2&IdPildora=537