Hay pocos escritores tan incómodos para el poder como G.K. Chesterton. Católico a su manera, pero siempre a ultranza, defensor del medievo como paraíso de libertad, implacable polemista, inigualable maestro de la ironía y, sobre todo, defensor quijotesco del sentido común, sus obras nunca han gustado a izquierda ni derecha. A aquella porque es obvio su rechazo a todas las teorías utópicas e igualitarias y por tanto enemigas de la libertad; a esta por ser un amargo definidor de las propias carencias de los liberales.
Curiosamente, cuando en España se ignora casi todo lo que no marque el fascismo cultural que nos aflige, sobre todo si tiene más de medio siglo de antigüedad, Chesterton experimenta un auge editorial sin precedentes gracias sobre todo a las editoriales Acantilado y Valdemar. Esta novela que aquí traigo, no obstante, la publican dos casas de cierta tendencia izquierdista, lo que no deja de sorprender porque estamos hablando de un escritor que, ahora más que nunca, es uno de los pensadores y creadores más políticamente incorrectos que uno se pueda imaginar.
En La Taberna Errante Chesterton cuenta otra de sus historias inopinadas. Lord Ivywood, importante miembro del Parlamento inglés, se siente cada vez más atraído por un ecumenismo donde las ideas islámicas se impongan al ‘caduco’ sentimiento cristiano. De ahí que consiga que en Gran Bretaña se prohíba la venta y consumo de alcohol. Sólo un tabernero y un viejo aventurero irlandés, con un barril de ron y un queso como únicas armas, se defenderán contra la tiranía de una ley seca que precede a la instauración obligatoria de la poligamia con harenes y la prohibición definitiva del cerdo como alimento.
A partir de esta premisa el escritor británico escribe otra de sus historias que rozan el surrealismo para lanzar una acerada crítica contra puritanismos, dejadez moral y relativismo, como se ve problemas que ya preocupaban a unos pocos hace cien años. Como siempre en Chesterton, lo de menos es el argumento central. Hay que fijarse en sus magníficos personajes, inmejorablemente construidos, en la ágil narración y, sobre todo, en algunas situaciones cómicas de hilaridad insuperable.
es una lectura apasionante. Su carga crítica, lejos de haberse quedado trasnochada, resulta demoledora ahora que estamos en puertas de una alianza de civilizaciones. Chesterton, como ningún otro autor de la historia, consigue que nos riamos con una historia que, en el fondo, hace daño por su verismo inverosímil. Nos lleva a límites absurdos, y aun así nos podemos creer lo que leemos. Y, como siempre con este autor, en el fondo rezuma una defensa moralista, seria y llena de sentido común de los valores que sostienen Occidente.
(The Flying Inn)
De G.K. Chesterton
Traducción de Tomás González Cobos y José Elías Rodríguez Cañas.
Ediciones Acuarela y A. Machado Libros, 2009. 256pp. 16 euros.
http://www.acuarelalibros.com/novedades.htm