El libanés Amin Maalouf obtuvo hoy el premio Príncipe de Asturias de las Letras por una obra que, «frente a la desesperanza, la resignación o el victimismo, traza una línea propia «hacia la tolerancia y la reconciliación» y «un puente que ahonda en las raíces comunes de los pueblos y las culturas».
Maalouf (Beirut, 1949), narrador y ensayista, cuenta también con la nacionalidad francesa al residir en París desde 1976, tras exiliarse de su país por la guerra civil, y está considerado una de las voces más importantes de la literatura árabe y gran defensor de la diversidad cultural y de los valores universales frente al fanatismo.
Para el jurado, presidido por el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, el autor de «León el africano» o «Samarkanda, «ha logrado abordar con lucidez la complejidad de la condición humana» utilizando un lenguaje «intenso y sugerente».
Su obra, indica el acta del tribunal, sitúa al lector «en el gran mosaico mediterráneo de lenguas, culturas y religiones para construir un espacio simbólico de encuentro y entendimiento».
Después de trabajar como redactor jefe de la revista «Jeune Afrique, en 1983 publicó su primer libro, «Las Cruzadas, vistas por los árabes, al que siguieron obras marcadas por su experiencia de la guerra civil libanesa, hasta que en 1986 publicó su gran éxito, un relato sobre las aventuras y desventuras de Hassan al-Wazzan, un viajero del siglo XVI conocido como «León el Africano».
En 1999, publicó «Identidades asesinas, un ensayo de denuncia de la locura que incita a matar en nombre de una lengua, etnia o religión y, con su siguiente novela, «El viaje de Baldassare» (2000), volvió a situar al protagonista en una encrucijada de culturas y experiencias entre Líbano y el Londres de 1666.
Tras conocer la concesión del premio, Maalouf dijo a Efe en París que se siente «feliz» por un galardón que recogerá «con gusto» y del que «había oído hablar» tras recibirlo autores como Günter Grass, Arthur Miller, Paul Auster, Juan Rulfo o Mario Vargas Llosa.
«España siempre ha estado presente en mi obra, no sólo porque es la patria del héroe de mi primera novela, ‘León el Africano’, sino también y, sobre todo, porque ha sido lugar de encuentro emblemático, que se ha mantenido durante siglos entre las tres grandes religiones del Mediterráneo, afirmó Maalouf.
El escritor, además, considera a España como «el laboratorio de una renovación democrática ejemplar».
Para el director de la RAE y presidente del jurado, el autor premiado es «un escritor de conciliación en un mundo convulso» que ha creado «un puente entre las culturas del Mediterráneo, mientras que otro de los miembros del tribunal, el escritor Juan José Armas Marcelo, ha equiparado lo que representa su figura en el mundo árabe con la de Amos Oz en el ámbito de la cultura judía.
Maalouf se convierte así en el segundo escritor procedente de la cultura árabe, tras la marroquí Fátima Mernissi, que lo ganó en 2003, en obtener el galardón de las Letras que, doce años después de universalizarse, cumple una década sin distinguir a un autor en lengua española, después de que Augusto Monterroso lo obtuviese en 2000.
El escritor franco-libanés, que ya obtuvo en el premio Goncourt en 1993, se impuso en la última votación del jurado por una mayoría «holgada» a la candidatura de la escritora catalana Ana María Matute, que llegó a las últimas rondas junto al chileno Nicanor Parra, la canadiense Alice Munro y la mexicana Elena Poniatowska.
Al galardón, dotado con 50.000 euros y una reproducción de una estatuilla diseñada por Joan Miró, optaban 27 candidaturas de 16 países entre las que figuraban José Saramago, John Le Carré, Alice Munro, Harold Bloom, Javier Marías, Arturo Pérez Reverte o Elena Poniatowska.