Un librero desocupado que se hacía pasar por un playboy internacional mutiló una primera edición de las obras de William Shakespeare para ocultar el hecho de que la había robado, según el tribunal que le juzga en Newcastle (Inglaterra).
Tras romper la encuadernación del libro, publicado en 1623, Raymond Scott dijo haberlo descubierto en Cuba, aunque, según la acusación, lo robó en 1998 en el museo Pallas Green de la Universidad de Durham (Inglaterra).
El libro reapareció en Estados Unidos en junio de 2008, cuando Scott trató de venderlo a la Folger Shakespeare Library, de Washington. En el volumen faltaban algunas páginas y se habían roto las tablas de la encuadernación, pese a lo cual se valoró en 1,2 millones de euros por tratarse de uno de los alrededor de 200 ejemplares de la primera edición.
Según la fiscalía, Scott dijo haber encontrado el libro en Cuba tras conocer allí a una mujer llamada Heidi García Ríos, que trabajaba de camarera en un hotel de La Habana.
La ciudadana cubana le presentó supuestamente a un coronel jubilado llamado Deni Mareno León, que habría heredado el libro de su madre. Sus amigos cubanos no podían viajar a Estados Unidos para vender el libro a la citada biblioteca, por lo que, según su propia versión, Scott aceptó autentificarlo y les dio un depósito de unos 8.000 euros antes de sacarlo de la isla para venderlo.
Scott está acusado de robo, manejo de mercancías robadas y de haber sacado del Reino Unido propiedad de origen criminal.