Cruz Roja ha atendido durante la celebración de las hogueras de la noche de San Juan en las playas de Valencia a un total de 309 personas, de las que 22 tuvieron que ser trasladadas a centro hospitalarios, y el 42% fueron casos de intoxicación etílica.
Según un comunicado, 130 personas fueron atendidas por intoxicaciones etílicas, mientras que también fue numeroso el grupo de personas asistidas por heridas por cortes, fracturas y contusiones, seguido de los atendidos por quemaduras, picaduras y otros accidentes menores.
En concreto, Cruz Roja ha asistido a 66 personas con heridas, 35 por quemaduras y 17 por picaduras de pez araña, a lo que se suman otros 61 casos de causas variadas, por lo que en total se ha atendido a 309 personas, 30 más que durante la noche de San Juan de 2009, que se atendió a 279 personas.
A causa de la ingesta de alcohol, según las mismas fuentes, los casos más graves fueron el de una menor embarazada que sufrió una semipérdida de consciencia y el de otro afectado que tuvo que ser sacado del mar en estado de preahogamiento.
Cruz Roja decidió el traslado a un centro hospitalario de una persona que presentó una insuficiencia respiratoria y se produjeron algunos casos de fracturas importantes, como una de cráneo, así como una agresión por arma blanca.
Nueve menores de edad fueron atendidos en el espacio especial habilitado este año por Cruz Roja en una de las postas de la playa del Cabañal, donde quedaron bajo la tutela de Cruz Roja Juventud y personal sanitario de la misma hasta ser recogidos por sus padres o responsables.
El dispositivo sanitario especial de Cruz Roja Española operó entre las 21:00 horas del miércoles y las 5:30 horas de esta madrugada desde cinco postas sanitarias situadas en las playas de la Malvarrosa (1), en el Cabañal (3) y en Pinedo (1), aunque en esta última el operativo se mantuvo sólo hasta las 3 de la madrugada.
Durante las tres primeras horas en que funcionó el operativo, los casos que requirieron atención médica apenas llegaron a sumar medio centenar, y en su mayoría fueron cortes en los pies, quemaduras y diversos tipos de contusiones por golpes.
Sin embargo, durante las cinco horas siguientes, el goteo inicial de personas que requirieron asistencia sanitaria se incrementó notablemente, y en especial los casos de intoxicación por ingesta masiva de alcohol, ha resaltado las mismas fuentes.
El operativo de Cruz Roja para la noche de San Juan estaba compuesto por 71 socorristas sanitarios, 10 conductores de ambulancia, 3 médicos, 14 enfermeros y 2 coordinadores.
Además se habilitaron un hospital de campaña en la posta número uno de la Malvarrosa, tres ambulancias de soporte vital avanzado equipadas con un desfibrilador-, otras siete de soporte vital básico, tres vehículos todo terreno o de intervención rápida y uno más de coordinación.
En Soria cumplen con la tradición
Cerca de tres mil personas han presenciado en la noche de San Juan, la más corta del año, el tradicional paso del fuego en San Pedro Manrique, un rito mágico que este año fue protagonizado por dieciocho pasadores.
Entre ellos, la expectación se la ha llevado Raúl Pascual, natural de Ágreda y vecino de San Pedro Manrique que desde hace doce años ha cerrado el turno de los pasadores que han cruzado la alfombra de fuego.
Otro de los protagonistas ha sido Natividad García, hija del veterano pasador Alejandro García Sánz, conocido por el «Chichorrillas» que ha cruzado con cinco pasos firmes por primera vez el manto de brasas.
Los pasadores han comenzado a cruzar cuando se superaban veinte minutos la medianoche abriendo el turno, como es tradición, portando a las espaldas a las tres móndidas de las fiestas de San Juan de 2010: Begoña, Daniela y Arancha.
El cura del pueblo, Antonio Arroyo, también se ha animado este año a participar en este ritual ancestral así como el popular Chichorrillas, que a sus 75 años suma más de medio centenar de pasos del fuego.
El anfiteatro de la ermita de la Virgen de la Peña ha estado este año menos concurrido, por coincidir este festejo, declarado de interés turístico nacional, con el inicio de las fiestas de San Juan en Soria capital.
La alfombra de fuego, durante su preparación, llega a alcanzar 1.200 grados y, durante el festejo, en torno a 400.
La celebración ancestral del paso del fuego es, para los expertos, un ritual iniciático para lograr la inmortalidad a través de la hoguera purificadora y, para los menos versados, uno de los momentos más emocionantes del calendario festivo más allá de las fronteras provinciales y nacionales.
Jesús María Celorrio, que abrió este año el turno de pasadores, y que atravesó el paso del fuego por primera vez con quince años, ha manifestado que la única condición para superar el manto de brasas sin quemarse es «echarle valor, tener un poco de fe y pasar con firmeza, mirando hacia el frente».
El manto de cenizas ha necesitado este año dos mil kilogramos de leña de roble, cortada en el invierno pasado en montes de la comarca y guardada todo el año bajo llave a la espera de la noche mágica de San Pedro Manrique, según ha explicado Rafael Sánchez, uno de los tres horguneros del festejo, las personas que se encargan de preparar el manto de brasas.
A las ocho de la noche se ha iniciado la preparación de la hoguera, formando una pila de leña que ha sido encendida a las nueve de la noche para, dos horas después, confeccionar una alfombra de cenizas, con la ayuda de una vara de madera de cinco metros.
El grosor del manto de fuego está todos los años entre diez y quince centímetros, en función de como se haya quemado la leña, por seis metros de larga, para que los pasadores den una media de seis a ocho pasos para atravesar el manto de fuego y rememorar un año más una tradición ancestral.