lunes, noviembre 25, 2024
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Duato se despide a distancia de su «amor»

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La Compañía Nacional de Danza (CND) ha cerrado esta tarde en Madrid un ciclo, el que ha liderado durante 20 años Nacho Duato, y lo ha hecho en medio de una emocionada ovación que el bailarín y coreógrafo ha preferido perderse porque no ha asistido a la última representación en España de la que él llama su «amor».

El bailarín y coreógrafo no quiso aceptar la prórroga de un año en su puesto que le ofrecía Cultura -hasta julio de 2011- y anunció que el ballet «Compañía Nacional de Danza XX», estrenada el pasado 25 de junio en el Teatro de la Zarzuela, sería su despedida en España, aunque aún le falta el programa que será su despedida definitiva, en el Bolshoi al final de este mes.

En el estreno de «Compañía Nacional de Danza XX», en el que ha recuperado una de sus piezas más redondas, «Arenal», con María del Mar Bonet, salió por sorpresa al final de la representación y, muy emocionado, aseguró que para él 20 años no habían sido «nada» porque los había pasado con su «amor», la CND, aunque, apuntaba, quizá para los que llevaban 20 años «intentando echarle» habrían pasado «muy lento».

Esta tarde era la última representación y nadie sabía muy bien si saldría a saludar o no al final de la actuación. El misterio se ha desvelado cuando tras la última pieza, «Arenal», ha salido a saludar toda la compañía y él no ha aparecido, haciendo aún más evidente su ausencia.

«No es que no haya querido salir a saludar, es que no ha venido al teatro», han dicho fuentes de la compañía.

Precisamente ahora que Duato «tiene la CND que siempre quiso» se marcha y quienes se quedan no auguran «nada bueno» porque, han asegurado en declaraciones a Efe esta tarde algunos de sus más estrechos colaboradores, él es «el líder», «el ángel», «el alma» de la formación a la que llegó en medio de una gran polvareda allá por 1990, empeñado en desterrar a los «primeros solistas» y homogeneizarla.

Yoko Taira, que ya estaba en la CND cuando Duato llegó y ahora es una de sus dos repetidores coreográficos, sostiene que traer a Duato a la CND fue, «sin duda», un gran acierto: «no se puede discutir su valía. Tiene detractores, sí, pero es que la compañía es un trozo de tarta muy apetecible».

Taira, asturiana de padre japonés, asegura que las primeras noticias de que Duato, en cumplimiento del Código de Buenas Prácticas que aprobó el anterior ministro de Cultura, tenía «fecha de caducidad» fue «muy traumático» para ellos: «no nos podíamos esperar nada semejante y menos de un Gobierno socialista».

«Cuando los siguientes le ofrecieron la prórroga, Nacho no podía aceptar. Su alma ya no está aquí y además no tiene ninguna necesidad económica», subraya Taira que asegura que la CND se distingue en el mundo por su «gran calidad», resultado de la «exquisitez» de Duato.

«Nacho es un líder, un creador, el motor de nuestra vida artística y jugar con eso es muy desestabilizador. Realmente tengo malos augurios y ninguna fe en el futuro porque no creo que funcione una compañía mixta -contemporánea y clásica- como quieren», lamenta.

En julio está previsto que se marchen 8 de los 30 bailarines que forman la compañía, entre ellos el albanés Gentian Doda, autor además de una de las piezas de «Compañía Nacional de Danza XX», «Aksak», y miembro de la CND desde 2004.

«Me iba a ir antes de saber que Nacho, mi ángel, no aceptaría la prórroga pero -augura- no seré el único. Nadie sabe muy bien qué es lo que Cultura quiere hacer y, además, es muy complicado seguir porque él es un referente internacional».

«Si querían cambiarlo, bien, pero así no se hacen las cosas. Han quitado a la persona sin saber qué querían hacer con el proyecto y sin contar con nosotros para nada», critica.

El argentino Francisco Lorenzo (Buenos Aires, 1978), bailarín principal de la CND, siente que Duato, «un gran líder», se marche ahora que tiene «la compañía que siempre quiso, que funciona sola, con un repertorio súper rico».

«Nos reunimos con el director del INAEM, Félix Palomero, y nos dijo que quería una compañía más abierta. Ya es la más abierta que hay, pero destruirla para hacer clásico nos parece un retroceso. Los bailarines quieren estar en ella para hacer el repertorio de Duato, no para hacer Balanchine», clama Lorenzo, que está convencido de que la «deserción» será masiva dentro de un año, cuando terminen sus contratos y prórrogas.

«Yo, desde luego, no me voy a quedar aquí. Ya he tenido bastante clásico en mi vida», avanza Lorenzo, que lleva en la CND ocho años.

La Compañía Nacional de Danza, fundada en 1979 con el nombre de Ballet Nacional de España Clásico, con Víctor Ullate como director, actuó en Moscú con Duato al frente por primera vez en 1990 y lo hizo en un teatro por el que, recuerda en el programa de mano de su espectáculo de despedida, corrían ratones.

«Hoy, en 2010, mi última gira con la CND también es en Moscú -con «Jardín Infinito» y «Bach»-. Pero en esta ocasión el teatro es el teatro Bolshoi. Esa es precisamente la distancia que hemos salvado, la cima que hemos conquistado», añade el artista.

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