Patti Smith & Her Band aterrizaron en la capital de España para repasar, durante casi dos horas de actuación, lo mejor de una extensa discografía llena de éxitos como «Redondo Beach», «Because the night» o «Gloria», grandes clásicos que la cantante combinó con nuevas creaciones y algunas sorpresas.
Patti Smith, considerada la «madrina del punk», ofreció su mejor cara durante su directo en el Escenario Puerta del Ángel, que rozó el lleno y arropó desde el principio a la artista estadounidense, quien se presentó pasadas las diez de la noche enfundada en la camiseta de «La Roja» con el 9 a la espalda.
La compositora y escritora abrió su actuación en Madrid con «Ask the angels», el tercer single de su álbum «Radioethiopia» (1976), un trabajo con el que la cantante «esquivó» el sonido primigenio de su álbum de debut «Horses».
Precisamente «Redondo Beach» y «Free money» fueron los primeros éxitos rescatados por Smith de su primer trabajo; dos canciones cortas, sencillas y explosivas que sentaron las bases de un género que, hasta la irrupción de la poetisa en la escena «underground» neoyorquina, estaba huérfano de voces femeninas.
La primera dama del punk se acordó de The Rolling Stones con la interpretación de «Play with fire», en la que Smith llevó hasta su terreno la versión del clásico de Jagger y compañía.
El guitarrista Lenny Kaye y el batería Jay Dee Daugherty fueron los dos únicos miembros de la original Patti Smith Band presentes en la actuación. El bajista y teclista Tony Shanahan y el guitarrista Jack Petruzelli también estuvieron a una gran altura y encadenaron a la perfección los temas interpretados por Smith.
Por eso resultó más que evidente la complicidad existente entre la sección instrumental y la solista, quien compartió con sus músicos la velada más salvaje de Los Veranos de la Villa.
A estas alturas del concierto Smith había lanzado un par de veces contra el suelo la base que sostenía a su micrófono, un gesto que resume la furia y el espíritu rebelde de la cantante, quien también escupió literalmente sus letras en una noche donde reinó el caos creativo de la musa de Robert Mapplethorpe.
Smith dedicó buena parte de su repertorio a su tercer trabajo, «Easter» (1978), donde la cantante demostró su faceta más subversiva gracias a temas como «Space Monkey», «Ghost dance», «We three» y «People who died», que, según explicó, estaba «dedicada a la memoria» de su padre, su madre, su hermano, Alexander McQueen y Kurt Cobain.
Smith sorprendió al público madrileño con una pequeña narración en la que demostró su valía como cronista del arte y la historia de España; una pequeña pieza improvisada donde Franco, García Lorca o Picasso aparecían retratados bajo la íntima mirada de la rockera.
La nueva canción de Smith dedicada al autor chileno Roberto Bolaño aún está pendiente de título, pero promete ser uno de los homenajes más merecidos y originales brindados a la memoria del escritor, quien falleció hace siete años y cuya obra fue elogiada por la cantante.
Con «Because the night» y «Gloria» el público terminó por abandonar sus asientos y rendir pleitesía al legado musical de Smith, quien confesó al público las experiencias vividas durante la gira que la ha llevado a seis ciudades españolas.
«Hemos comido gambas con mucho ajo y también pimientos pequeñitos», aseguró Smith, quien no pudo evitar hablar del triunfo de la selección española y, concretamente, del millón de personas que se lanzaron a las calles de Madrid para celebrarlo. Por eso «People have the power» resultó ser un tema idóneo para celebrar el éxito deportivo y musical.
La guitarra eléctrica de Patti Smith se convirtió en la protagonista del fin de fiesta preparado por la cantante, quien terminó por desatar la locura con el clásico «Rock n’ Roll nigger».
«Esta es la única arma que ha utilizado mi generación, la misma que usó Jimi Hendrix», concluyó Smith mientras señalaba a su instrumento, del que fue arrancando una a una sus cuerdas para delirio del auditorio del Escenario Puerta del Ángel.