La banda irlandesa U2 regresó este viernes a los escenarios en la ciudad italiana de Turín con un Bono totalmente recuperado de su lesión de espalda y que encandiló a sus seguidores con un vibrante concierto, en el que hubo espacio para dos temas inéditos: Glastonbury y North Star.
Después de tener que someterse a una operación de espalda el pasado 21 de mayo en la ciudad alemana de Múnich, el líder de U2 retomó, junto a sus tres compañeros de grupo, la gira 360º ante unas 45.000 personas en un Estadio Olímpico de Turín (norte de Italia) que no dejó de saltar al frenético ritmo de la banda.
Cobijados bajo la ya conocida estructura de 190 toneladas de metal con forma de araña diseñada para el escenario de esta gira, inaugurada mundialmente en Barcelona el 30 de junio de 2009, The Edge, Adam Clayton, Larry Mullen, y Bono, salieron al escenario caminando juntos para después desatar la locura con Beautiful Day.
El grupo británico Kasabian ya les había caldeado el ambiente como teloneros, pero los irlandeses se encargaron de terminar incendiándolo con un espectacular juego de luces, sonido e imágenes proyectadas en una gigante pantalla circular, entre ellas, un mensaje desde la Estación Espacial Internacional.
Los nervios de un público impaciente por el interminable intermedio que se hizo entre la actuación de Kasabian y la salida al escenario de U2 dieron paso a un espectáculo al más puro estilo de la banda, en el que Bono demostró haber dejado atrás esa «grave compresión en el nervio ciático» que le obligó a aplazar la gira.
Fue el propio Bono quien se encargó de dejarlo bien claro: «Ese tiempo es pasado ahora. Estamos ya preparados para el futuro, dijo el cantante, quien a sus 50 años lleva por el mundo los temas de su último álbum, No Line on the Horizon, entre ellos el Moment of Surrender que cerró el concierto.
San Sebastián y Sevilla esperan a U2 en septiembre
Y para ofrecer algo nuevo en este espectáculo de unas dos horas, el líder de la banda se encargó de presentar a sus seguidores dos novedades de ese «negocio familiar» que, según él, es U2.
El grupo interpretó en primer lugar North Star, una romántica balada en la que, con las luces apagadas, el sonido de la guitarra llenaba todos los espacios y que hablaba de una persona desesperada por alcanzar el amor. Acto seguido llegó el más movido Glastonbury, que la banda quiso dedicar al festival de música inglés.
Ya este viernes, horas antes de comenzar el concierto, el «manager» del grupo, Paul McGuinness, explicó a los periodistas que cinco serán los temas inéditos que la banda tiene pensados interpretar en esta nueva etapa europea, que incluye dos ciudades españolas: San Sebastián (26 de septiembre) y Sevilla (29 de septiembre).
«Para la parte europea de la gira ‘360º’ el grupo ha probado cinco temas inéditos del nuevo álbum, que está listo antes del final de la gira. Y los interpretará todos antes del concierto de Roma, que el 6 de octubre próximo cerrará la gira europea del grupo, comentó McGuinness, considerado el quinto miembro de la banda.
Además de las dos nuevas canciones presentadas en Turín, adonde viajaron algunos de los hijos de la banda, U2 tuvo un recuerdo para temas ya legendarios de la banda como Mysterious Ways o Vertigo y dio espacio también al más nuevo Magnificent, del último disco y uno de los primeros en ser interpretados.
También hubo hueco para el compromiso social que siempre ha mostrado Bono, cuando el escenario se tiñó de verde al sonido de Sunday Bloody Sunday para apoyar el movimiento opositor iraní de la llamada «Revolución Verde».
A partir del 21 de mayo del año que viene retomarán la gira estadounidense aplazada por la lesión de Bono, con conciertos como el de Miami el 29 de junio de 2011 (estaba previsto en un principio para el pasado 9 de julio) y que concluirá el 23 de julio en Minneapolis.
«Creo que esta gira, al final, será la más larga y seguida de la historia del rock, con un total de 110 conciertos en tres años y cerca de 70 millones de espectadores. Creo que no hay otros grupos en el mundo capaces de pensar tan a la grande, comentó Jake Berry, director de producción del tour, durante el encuentro con los periodistas.
Los U2, que en la noche del jueves ofrecieron pizza a algunos seguidores que hacían cola fuera del Estadio Olímpico, celebraron este viernes en el escenario y por adelantado el 59 cumpleaños de su guitarrista The Edge, que tendrá lugar el domingo.
Después, los irlandeses continuarán su gira en la ciudad alemana de Fráncfort, el 10 de agosto, la siguiente etapa de un frenético tour que sigue poniendo a prueba a este grupo con tres décadas de rock a sus espaldas.