El diseñador de origen cubano Narciso Rodríguez presentó en Nueva York una colección primaveral muy personal, de líneas sencillas y elegantes tonos neutros, mientras que el español Toni Francesc encontró en el verde de los bosques su inspiración para mostrar a una mujer urbana.
«Nunca tengo una sola inspiración. En esta ocasión ha sido desde las mariposas a esas mujeres que amo y que siempre me han inspirado, como Carolyn Bessette o Kate Moss, dijo Rodríguez durante una entrevista con Efe al término de su desfile.
Rodríguez, que diseñó el elegante, sencillo y sexy vestido que Bessette lució en 1996 cuando se casó con John Kennedy, señaló que en esta ocasión ha querido mostrar a «mujeres que tienen un estilo personal y que en un momento determinado, en los años 90, tenían esa sencillez y la sensualidad de ponerse un vestido y un abrigo y salir a la calle».
El diseñador de origen cubano se quedó con los tonos más neutros, como blanco, gris ceniza, «nude» y rosa palo, pero también recurrió a los metalizados, al antracita y al clásico negro, en prendas fáciles de llevar y, aunque muy estructuradas, de apariencia sencilla.
«A mí me encanta la arquitectura y pensar en moda como si se tratara de un proceso de construcción. Corté todo al bies y ello le dio otro tipo de sensualidad a la arquitectura de las prendas, precisó Rodríguez de sus creaciones elaboradas en chifón, seda y seda estampada, lino y alguna lana fría.
Entre las famosas que acudieron a la pasarela de Narciso Rodríguez estuvo la actriz Sarah Jessica Parker. Tras el desfile del diseñador de origen cubano, llegó el turno del español Toni Francesc para presentar sus nuevas propuestas primaverales, las 36 que integran su última colección, a la que ha llamado «Urban Forest» y con la que pretende mandar un mensaje ecológico.
«Quiero enseñar un mensaje que motive a tener una mentalidad hacia el reciclaje, de amor hacia la naturaleza y así mejore el mundo que nos viene, explicó en una entrevista con Efe el creador catalán, que incluyó accesorios elaborados en madera.
La inspiración de los nuevos diseños de Francesc fueron «los bosques, que se trasladan hasta la ciudad y hasta nosotros mismos, explicó el diseñador, quien para dar forma a esa idea dijo haber trabajado mucho las texturas para dar «un toque muy natural» a unas prendas elaboradas en algodón, seda, rafia y lino.
«Son tejidos muy naturales, muy vegetales, dijo Francesc, que optó por volúmenes limpios y otros más envolventes, en tonos neutros como el gris claro y el beige y en la que logró el contraste con verdes profundos, turquesas claros y tonos alimonados.
Francesc es el tercer español -después de Joaquín Trías y Custo Dalmau- en presentar su nueva colección en la Mercedes-Benz Fashion Week, donde también se verá la nueva apuesta creativa de David Delfín el jueves en la última jornada de la pasarela neoyorquina.
Los tonos crudos se adueñan de la pasarela
También se presentaron en el Lincoln Center de Manhattan las colecciones de firmas como Elie Tahari, Badgley Mischka y Vera Wang, además de Hervé Léger, del diseñador francés Max Azria.
Como modernas María Antonietas aparecieron en la pasarela las ultradelgadas y palidísimas modelos de la colección Hervé Léger, de Azria, que presentó treinta propuestas de vestidos inspirados en la moda francesa del siglo XVIII y de la que la decapitada reina gala era todo un exponente.
Azria encorsetó a sus longuilíneas modelos y las envolvió en encajes y en sus características bandas elásticas tejidas, a veces en complicados dibujos sobre cuero perforado, con un resultado similar a los encajes de lencería, y en otras ocasiones simulando miriñaques.
Los colores elegidos por el diseñador europeo, que lleva años siendo uno de los preferidos de las famosas de Hollywood para los grandes eventos, fueron los tonos pastel, además de los «nude, rosa palo, blancos, beige y pálidos grises, a veces mezclados con tonos metalizados, o claramente realizados en plata, además del negro.
La nota informal de la jornada llegó de la mano de la firma dedicada al tejido vaquero G-Star Raw, que presentó una colección inspirada en la ropa militar de camuflaje utilizada por los militares en el desierto en blanco, beige y negro, además del azul característico del denim.
El desierto y las prendas de protección similares a las militares se mezclaron en esta colección con la pieza estrella de la casa, los «jeans, en esta ocasión anchos y de talle alto.
El objetivo es «crear una silueta en tres dimensiones» tanto para el hombre como para la mujer, dijo a Efe Remco de Nijs, jefe de estilismo de la casa holandesa, que explicó que la clave de esta nueva imagen está en las rodillas de los «jeans» donde la tela está retorcida para dar la sensación de que el pantalón gira.