La variedad de lenguajes, estilos y formas de hacer de los diseñadores que presentaron sus colecciones en la tercera jornada de la cita madrileña con la moda, hace que, por el momento, no se pueda hablar de tendencias definidas para la próxima temporada primavera/verano, o quizás, que puedan ser todas a gusto del consumidor.
Cuando el programa del día está compuesto por creadores tan diversos como TCN, Victorio& Lucchino o Aghata Ruiz de la Prada, es difícil intentar encontrar coincidencias, como también ocurre con Adolfo Domínguez, que se mueve en Cibeles con la soltura que le da su veteranía.
Domínguez es de los diseñadores que han estado, se ha ido a montar una gran cadena de establecimientos y ha vuelto con la misma naturalidad, y con unas colecciones que dan fe de que sigue siendo uno de los importantes del panorama nacional.
Ha deconstruido patrones con líneas inspiradas en la arquitectura de Gaudí, cuyos elementos centrales son los escotes asimétricos, los cortes diagonales, las espaldas desnudas y los huecos trabajados.
Sedas, shantung lavadas, crêpe, paillettes y voile de seda acabado pergamino se conjugan en impecables y elegantes vestidos que envuelven el cuerpo, mientras que deja los linos pigmentados o el tricot fundamentalmente para la moda masculina, con aquella arruga bella como su seña de identidad. El acento lo pone en pantalones acampanados, las cinturas y las faldas a media capa.
Victorio & Lucchino
«Capricho natural» han llamado a su colección Victorio & Lucchino, y un capricho ha sido su forma de tratar el vestido, en largo o en corto, pieza única de su colección. Prendas vaporosas, con flecos y tiras sueltas que se superponen y acompañan el movimiento de las modelos, pétalos y flores que recorren cuerpos y escotes, mucho movimiento e incluso aires hippies entremezclándose en prendas que también juegan a la tridimensionalidad.
Combinaciones de raso satén, crêpe de Chine, voile, gasa, bambula, así como brocados florales y geométricos en unas prendas en las que los sevillanos han utilizado una elegante y suave paleta con terracotas, arcilla, tejas y toques en amarillos y fuertes azules. Y las plumas en todas partes, pelo, zapatos, vestidos.
La moda masculina es de corte sastre, pero en vibrantes rojos o estampados teja y azules y con pantalones bermudas, largo que desde hace tiempo tratan de introducir los diseñadores en las prendas más clásicas, pero que todavía cuesta.
TCN
Recuerdos de aquellos años maravillosos de Brigitte Bardot en Saint Tropez, han sido llevados a la realidad por Toton Comella, de TCN, en sus vestidos de viscosa estampada, escotadas camisas,shorts retro acompañados de tops bandeau y faldas trapecio, dejando para el mono el protagonismo de la noche en seda o estampado liberty.
En cuanto a los bañadores, también son retro en seda y algodón y lycra para los «miniquinis, de estampados vichy. Drapeados en gris acero y los algodones bordados, así como mucho escote palabra de honor en otras de sus prendas.
Maestra del punto, Sita Murt ha ideado una colección optimista, llena de vida y de esperanza con el verde clorofila como hilo conductor. Amplios volúmenes, como los de sus faldas-corazón, y especial atención una vez más a las sedas naturales y al lino rústico nacarado.
Aghata Ruiz de la Prada
En su más puro estilo, Aghata Ruiz de la Prada hizo del color la razón de ser de una colección en la que ha buscado la comodidad, huyendo de todo lo superfluo. Sus propuestas siguen los preceptos que siempre ha defendido: color, juegos de volúmenes y materiales y comodidad.
Organzas, sedas, lino combinados con lentejuelas, bolas de colores cosidas a los vestidos y algodón que reinterpretan los iconos de la casa, todos ellos presentes en un desfile del día de la marmota.
Para poner fin a la jornada dominical, Lemoniez mostró una colección que ha buscado su inspiración en los inicios de los setenta y las noches de «Le Palace». Vestidos largos, fluidos tipo túnica sin complicaciones, escotados en espalda y delanteros. Los pantalones son masculinos, las blusas con lazada, y la sastrería tipo smoking.
La utilización de los lunares en telas de fuertes colores como turquesas, fucsias, marrones y negros fueron punto de atención en una colección muy a la medida de este diseñador.