El grupo de rock U2 ha actuado por primera vez en Sevilla ante unos 80.000 seguidores congregados en el Estadio Olímpico, que logró un lleno histórico gracias al escenario circular de 360 grados que permite al público ocupar casi todas las gradas y el campo para ver el colosal espectáculo de sonido y luz.
El monumental escenario, con 45,7 metros de altura y del que cuelga una pantalla de vídeo también circular y desplegable, da nombre a la gira mundial «360º» de U2, y aunque ha sido fotografiado hasta la saciedad, los espectadores no han podido sustraerse a la impresión que causa en directo su dimensión y a los efectos visuales y sonoros que ofrece.
Pero por encima de la psicodélica parafernalia de luces y vídeos, durante algo más de dos horas Bono lideró a un grupo que no decepcionó musicalmente con temas de siempre y de su último disco, «No Line on the Horizon».
Con un reiterado «¡viva Sevilla!», Bono, de riguroso negro, con medio siglo de vida pero muy activo y sin rémoras de la operación de espalda a la que se sometió el pasado 21 de mayo, se presentó ante sus incondicionales mientras daba la primera de las vueltas a la pasarela que le acerca al público.
Bajo la enorme estructura metálica de 190 toneladas sujeta por cuatro soportes que le confieren un aspecto de araña y que hace parecer diminutos a los músicos, U2 acompañó algunas de sus canciones con proyecciones audiovisuales que rodeaban la pantalla de vídeo, una de ellas grabadas por la NASA, momento en el que bailó con una chica del público.
También interpretó «Sunday Bloody Sunday» con luces verdes para apoyar el movimiento opositor iraní de la llamada «Revolución Verde», del que mostró imágenes, luego recordó a la presa política birmana Aung Suu Kyi, a la que dedicó «Walk On», y ofreció frases grabadas del premio Nobel de la Paz en 1984 Desmond Tutu, sacerdote sudafricano, sobre la erradicación del sida.
Antes de esta sección «solidaria», Bono se confesó «enamorado» de España, subrayó que la selección española de fútbol ganó «el jodido Mundial» de 2010 y comparó a su banda con jugadores del equipo vencedor.
Él aseguró que, «de momento», es Sergio Ramos, sobre el guitarrista The Edge se preguntó si era Xavi Hernández o Iniesta, del batería Larry Mullen dijo que es «El Niño» Fernando Torres y al bajo Adam Clayton le dio el papel de Iker Casillas.
Más de treinta años tocando juntos y siempre con éxito ha facilitado que el público, que ha pagado entre 34 y 250 euros, estuviera compuesto por personas de edades muy variadas, en numerosos casos peinando canas.
Muchos han coreado la mayoría de las canciones «clásicas» como «With or without you» y otras de su último disco, que presentan en una gira que empezó en junio de 2009 en Barcelona, que ahora tiene la edad de un «adolescente de mala leche», según dijo, y que tiene previsto concluir en julio de 2011 en Minneapolis (Estados Unidos) con 70 millones de espectadores.
Bono y los suyos, que llegaron esta tarde a Sevilla en avión privado desde Niza y se irán de la ciudad andaluza tras el concierto, desplegaron su original estilo musical tras los 45 minutos de la potente actuación de los teloneros neoyorquinos Interpol.
El concierto de Sevilla, el tercero de la gira de U2 en España tras el del domingo pasado en San Sebastián y el inaugural de Barcelona, se celebró un día más tarde de lo previsto por la huelga general convocada ayer en España.
La mayor presencia de público que ha conocido el Estadio Olímpico ha motivado la coordinación de 800 personas, 300 de la organización del concierto y 500 de las administraciones, lo que ha supuesto un «esfuerzo» superior a los conciertos de Madonna, AC/DC y Héroes del Silencio, los más masivos desarrollados hasta ahora en un recinto volcado en la cultura de masas por encima del uso deportivo.
La coordinación también afectó a las colas de seguidores, algunos de los cuales han acampado hasta tres noches ante las puertas del estadio para ser los primeros en llegar a pocos metros del escenario, y los más expuestos a los 30 grados que hizo esta tarde han sido refrescados con mangueras de la organización, según el área de Convivencia y Seguridad del Ayuntamiento de Sevilla.
«Maravillosa noche», ha concluido Bono.