«El riesgo es el bótox del alma», ha dicho Miguel Ríos, quien ha responsabilizado a los riesgos corridos en su carrera de su hasta ahora inquebrantable tono vital y musical, al que dará descanso tras su gira de despedida, que este fin de semana llega a Madrid, donde hace casi 50 años empezó a cumplir sueños.
Ríos, que ha presentado en la capital sus conciertos del próximo 6 y 7 de noviembre en el Palacio de los Deportes dentro del tour «Bye, bye, Ríos. Rock hasta el final», ha achacado su retirada de los escenarios a la dificultad de «hacer algo mejor creativamente» respecto de lo ya hecho y al desgaste físico que implican las giras.
El cantante granadino, que a partir de ahora se dedicará a «cantar mucho en la ducha» y a engordar, ha anunciado que en sus actuaciones de Madrid estará acompañado de grandes figuras, con variaciones según el día por problemas de calendario.
Junto a Ríos cantarán Ana Belén y Amaral, reciente premio nacional de Músicas Actuales, así como Carlos Tarque, de M-Clan, el sábado y Ariel Roth y Rosendo el domingo.
El cantante, de 66 años, ha recordado sus inicios «en un mundo gris como el de la Dictadura», la modernización que representaron los rockeros españoles, considerados por los «bienpensantes» una «cochambre incómoda» pero que consiguieron vestir como los jóvenes de la Quinta Avenida de Nueva York.
Hablando sobre política actual, Ríos se ha mostrado «convencido» de que «los artistas de este país lo íbamos a sentir bastante» con una victoria de «la opción que parece destaca en las encuestas» en las próximas elecciones generales, en alusión al PP.
«No hay mucha química entre esa facción política y nosotros porque su líder dice que le gustan los tíos que se levantan a las 7 de la mañana», ha recordado el cantante, medalla del Trabajo en 1999, quien considera que el secretario general del PP, Mariano Rajoy, realizó unas «descalificaciones inaceptables» hacia quienes han trabajado «tanto».
Del panorama presente del rock and roll, Ríos ha destacado la beligerancia de los músicos latinoamericanos, así como nombres del panorama nacional como Pereza, Quique González, Iván Ferreiro o M-Clan, cuyo último disco -«Para no ver el final»- ha calificado de «brutal».
«Carlos Tarque canta como los más grandes, menos mal que me retiro», ha dicho sobre el músico murciano.
Autor de superventas como «Himno de la alegría», «Santa Lucía» y el memorable doble álbum en directo «Rock and Ríos», entre otros, Ríos ha agradecido el cariño recibido y ha señalado en tono modesto que no tiene «pecho para tanta medalla», en referencia a distinciones como la medalla de Oro de Bellas Artes.
Ríos, que participa en «50», el disco de Médicos sin Fronteras que se publica hoy y en el que que una serie de músicos españoles homenajean a los Beatles, no descarta eventuales reapariciones por causas solidarias, así como en respuesta a invitaciones de otros artistas que acudan a tocar a Granada, su ciudad natal.
Precisamente, los conciertos de la gira de despedida de Miguel Ríos se inscriben dentro de los actos de conmemoración del Primer Milenio del Reino de Granada (1013-2013), cuya gerente, Francisca Pleguezuelos, ha dicho hoy que constituyen un «broche de oro» para este aniversario con el «mejor embajador» de la ciudad.
Fue en esa capital andaluza donde el músico inició la actual gira los días 17 y 18 de septiembre y donde se grabó el libro-disco publicado el pasado 31 de octubre, que incluye duetos con Manolo García, Pereza, Carlos Goñi de Revólver, Amaral y Ana Belén, entre muchos otros.