El Teatro Maestranza de Sevilla inauguró este jueves su temporada de ópera con El oro del Rin de Richard Wagner, cuya espectacular puesta en escena a cargo de La Fura dels Baus fue acogida con éxito por el público que llenó la sala. Aplausos y bravos para el director musical Pedro Halffter y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla tras finalizar la interpretación de la obra, que duró algo más de dos horas y media.
Con este prólogo de El anillo del Nibelungo, el teatro sevillano inicia la representación completa de la célebre Tetralogía wagneriana, cuyas tres jornadas (La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses) podrán verse en el Maestranza en temporadas consecutivas con este montaje escénico coproducido por el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia y el Maggio Musicale Fiorentino.
Oscuridad absoluta en la sala instantes antes de iniciarse la ejecución de la obra. El murmullo de la melodía que emana desde el foso ilumina poco a poco el escenario según se sucede el crescendo orquestal. Y a partir de aquí, La Fura dels Baus, a las órdenes del director de escena Carlus Padrissa, despliega un gran espectáculo escénico en el que la interpretación de los cantantes se entremezcla con la proyección de los ingeniosos diseños en vídeo 3D de Franc Aleu, los artilugios mecánicos ideados por Roland Olbeter, el vestuario galáctico de Chu Uroz y la cuidada iluminación de Peter van Praet.
Y todo ello sin que la esencia de la dramaturgia de El anillo del nibelungo se vea alterada, si no más bien al contrario: esta vanguardista y revolucionaria propuesta escénica reaviva la magna obra de Wagner.
Los protagonistas
Del importante elenco vocal que dio vida a los Dioses, Gigantes, Hijas del Rin y Nibelungos de El oro del Rin, destacaron las interpretaciones del bajo-barítono Jukka Rasilainen en el papel de Wotan, la veterana Hanna Schwarz con su cuidada línea de canto como Erda, la hermosa voz de José Ferrreo en el rol de Froh o la convincente actuación del tenor Robert Brubaker en el papel de Loge.
Pedro Halffter fue ovacionado al finalizar este Oro del Rin, tercer título de Wagner que asume al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla tras El holandés errante y el exitoso Tristán e Isolda.
El director madrileño, atento siempre a las voces que tenía sobre el escenario y concentrado de lleno en una partitura que presenta no pocos escollos, contagió a los profesores de la orquesta su pasión wagneriana y los hizo tocar con un sonido limpio y elegante. La obra vuelve a representarse los días 6, 8 y 10 de noviembre.