Los diseños y la forma en que el legendario diseñador español Cristóbal Balenciaga influyó en la manera de vestir de muchas mujeres centran la exposición que el Instituto Español Reina Sofía de Nueva York abre esta semana, en cuya inauguración estará presente la reina de España.
«Balenciaga: maestro español» es el título de esta muestra, «la primera que tiene en cuenta el impacto del diseñador en la cultura, la historia y el arte de España», dijo hoy a Efe Hamish Bowles, editor europeo de la revista «Vogue» y comisario de la muestra que abrirá al público del 19 de noviembre al 19 de febrero de 2011.
En ella se pueden ver hasta 70 diseños, vestidos y accesorios del creador más emblemático de la moda española, y que para muchas de sus propuestas se inspiró en el mundo del flamenco y los toros, en los trajes de las infantas españolas en el Siglo de Oro, en las vestimentas religiosas o los trajes regionales de toda España.
«A través de su ropa se ve una increíble trayectoria que, con el paso de los años, fue cada vez más experimental. Y al final de su carrera, en los 60, creó algunos de los trajes más arriesgados del período, algunos incluso se puede considerar esculturas corporales», señaló Bowles.
«Si hoy pusiéramos algunos de los modelos de Balenciaga en una pasarela los encontraríamos extremadamente modernos y algunos incluso demasiado para el gusto contemporáneo. Eso muestra lo extremadamente aventurero que era Balenciaga», agregó.
Balenciaga (Guetaria, Guipúzcoa, 1895 – Jávea, Alicante, 1972), contemporáneo de otros grandes diseñadores como Coco Chanel (1883-1971) o Christian Dior (1905-1957) quien le reconocía como «el maestro de todos nosotros», es considerado como el creador del arte en la alta costura y cuyas innovadoras ideas transformaron la manera de vestir de muchas mujeres desde que abriera su taller en París en 1937.
El diseñador dominicano Oscar de la Renta, que también preside el directorio del Instituto, concibió esta exposición que mañana visitará la reina Sofía de España.
«Nunca fui a una escuela de moda y fue Balenciaga quien me dio la oportunidad de ver cómo se hacía la ropa. Moldeaba sus diseños, y para mí, ese es el verdadero trabajo de un creador», dijo De la Renta a Efe.
Para el dominicano «hay dos diseñadores que han tenido un tremendo impacto en la moda actual, y son Coco Chanel y Balenciaga».
«Chanel cambió la forma de vestir de las mujeres y Balenciaga cambió las proporciones de la moda. Balenciaga fue un gran diseñador porque también era un arquitecto», añadió De la Renta.
La casa Balenciaga, en París, abrió sus archivos y prestó al Instituto Español de Nueva York algunos de los vestidos de la exposición, entre ellos el espectacular traje de noche que el creador vasco realizó en 1939 y que tituló «Infanta», por recordar a los utilizados por las princesas españolas en el siglo XVII.
También se incluye otro traje de noche, confeccionado en gasa negra en 1967, y que en su parte superior, incluida la cabeza, envuelve a quien lo porta, inspirado en la duquesa de Alba en el siglo XVIII, y que se considera como ilustrativo de la progresiva evolución del modisto hacia lo abstracto.
Otras importantes piezas del artista español han llegado hasta el Instituto Español Reina Sofía prestados por el museo Metropolitan y por el Costume Institute de Nueva York, y que son considerados como trajes «icónicos».
Se muestra desde un bolero de noche estilo torero diseñado en 1947 y de suntuosos bordados, al igual que otro elegante vestido en seda marfil con los bordadados de un mantón de manila, elaborado en en 1964 y cedido ppor la Hispanic Society of the America.
Igualmente se ha incluido el vestido de novia de Sonsoles Díez de Rivera, hija de quien fuera musa de Balenciaga, la marquesa de Llanzol, y que fuera elegida vicepresidenta de la Fundación Balenciaga.
Para reunir las piezas de esta muestra, que se llevará al museo de Bellas Artes Young de San Francisco (California) del 26 de marzo al 4 de julio próximos, se ha contado también con la colaboración del ministerio de Cultura español y el Museo de la Ciudad de Nueva York, así como otros museos dedicados a la moda en Filadelfia y Texas.