Tras cuatro años como policía en «Los hombres de Paco» el actor Aitor Luna se pasó al bando de los «malos» en «Gran Reserva», un trabajo que le ha reportado una candidatura a mejor secundario en los premios de la Unión de Actores y cuya segunda temporada está a punto de estrenar TVE. «Sólo estar ahí, junto a Juan Echanove («Cuéntame»), y Francis Lorenzo («Águila Roja») -sus compañeros de candidatura- es un «premio», explica el actor guipuzcoano (Vergara, 1981) en una pausa del rodaje.
Reconoce que esta candidatura -la única del amplio reparto de «Gran Reserva» en la gala que se celebrará el 4 de abril próximo-, le ayudará a desligarse de la idea de que los intérpretes con tirón físico lo tienen más fácil en su profesión, «esa sensación que te llega de gente que piensa a ver el guapito este que hace», apunta en una entrevista con Efe.
«El físico es un obstáculo que te tienes que quitar a base de trabajo y de saber elegir tus proyectos», añade, y por eso dice que lo que más le gustaría es «hacer el payaso» en una comedia.
De momento, sigue metido en el papel de Raúl, el hijo pequeño de Vicente Cortázar (Emilio Guiérrez Caba), el patriarca del poderoso clan bodeguero enfrentado a los Reverte, las dos familias cuya competencia comercial, amores y odios mutuos congregaron a una media de más de cuatro millones de espectadores.
En la nueva temporada -que se estrenará el próximo 24 de marzo- el personaje de Raúl Cortázar será fundamental para seguir infiltrándose en la bodega rival, gracias a su relación con Lucía Reverte (Paula Echevaría).
«Con ella está bien como pareja y se quieren, pero el objetivo de él es entrar en la bodega y hacerse con ella a base de manipulaciones y trapicheos», explica el actor guipuzcoano, que aventura un Raúl Cortazar «un poco más retorcido que en la temporada pasada».
Reconoce que compartir plató en esta ficción de «Bambú Producciones» con actores de la talla de Emilio Gutiérrez Caba es un lujo: «No es que te de consejos, es que verle trabajando es suficiente para aprender».
A esta nueva temporada se suman actores como Álvaro de Luna («Herederos»), Thäis Blume («Sin tetas no hay paraíso»), Marta Belmonte («Los misterios de Laura») y Yon González («El internado»).
Se da la circunstancia de que este último es el hermano de Aitor Luna en la vida real, aunque han elegido el primer apellido de sus padres, de origen andaluz. «Mi hermano y yo hemos vivido de pequeños el paletismo que conlleva cualquier extremismo», explica en referencia a su infancia en su pueblo de Euskadi, donde «éramos los maquetos, los españolitos».
Una situación que ahora, reconoce, ha cambiado mucho: «Ya no hay ese distanciamiento y, aunque todavía intento quitarme de la cabeza esa sensación de rechazo, me encanta ir a mi tierra, por la gente y porque necesito ver el monte».
En estos últimos años radicado en Madrid, Aitor ha procurado trabajar en el teatro todo lo posible, porque la televisión se convierte a veces «en una fábrica».
Subirse a las tablas, como hizo en 2009 con «Hamlet» y «Medea», le ayuda a mantener «el espíritu del juego» y al mismo tiempo a «pisar tierra» cuando ha sentido que su trabajo se aproximaba al de «un funcionario», que cada día se aprendía un texto y lo recitaba en un plató.
Manuel Carretero.
Redacción