La directora Catherine Hardwicke retomó los ingredientes de su filme Crepúsculo para adaptar al cine la historia de Caperucita Roja en la cinta del mismo nombre, una versión adolescente y sobrenatural del popular cuento infantil. Sin olvidar elementos clave como la abuela, el leñador o el abrigo rojo, Hardwicke elevó el lobo a la categoría de licántropo y convirtió su amenaza en un asunto de vida o muerte para una pequeña aldea situada en medio de un siniestro bosque.
«Es una gran responsabilidad», comentó Hardwicke, de 55 años, sobre su intento por reformular el conocido relato que se estrenará en EEUU el próximo viernes. «Me gusta ese lado oscuro que tienen las historias de cuento de las que uno se percata cuando es adulto», explicó la cineasta, quien encontró en Caperucita Roja la libertad creativa que le faltó en Crepúsculo (2008).
«Pude hacer un mundo propio basado en una historia que apenas da detalles concretos sobre los personajes. En Crepúsculo había unas novelas y además tenía que hacer creíble que un vampiro estuviera viviendo como un chico normal», comentó.
Para Caperucita Roja, Hardwicke se sirvió de su bagaje como estudiante de Arte en una escuela mexicana y su conocimiento de pintores españoles para dar forma al fuerte contraste de colores presente en el largometraje. «Desde el momento en el que empecé a pensar en esta película me vinieron a la cabeza pintores de la Edad Media, que combinaban color y oscuridad», afirmó la cineasta, que se declaró fan de Pablo Picasso y Francisco de Goya.
Estética
Gran parte de la estética del filme se basó, no obstante, en El jardín de las delicias, la obra más famosa del pintor holandés Jerónimo Bosch, más conocido como «El Bosco», que se encuentra en el Museo del Prado en Madrid. «Tomamos los instrumentos que aparecen en el cuadro y los recreamos en la película», destacó Hardwicke, quien conjugó en «Caperucita Roja» ese misterio de lo sobrenatural religioso subyacente en muchas obras del medievo con aspectos más paganos del género fantástico.
«Siempre han existido historias sobre hombres lobos, lo mismo que vampiros, ogros y otros seres. La idea de beber sangre está en varias culturas, es algo que debe de estar en el ADN humano», indicó la directora.
En su nueva película, Hardwicke contó con un reparto liderado por la joven Amanda Seyfried («Mamma Mia!», 2008) y secundado por Gary Oldman («Drácula», 1992), Virginia Madsen («Entre copas», 2004), y Julie Christie («Darling», 1965), además de volverse a encontrar con Billy Burke, uno de los intérpretes de la saga Crepúsculo.
Argumento
Con la excusa de la historia sobre una joven que va a visitar a su abuela y se encuentra en el bosque con un lobo, Hardwicke y su equipo dispusieron una trama en torno a la cacería del peligroso hombre lobo que se mezcla con un triángulo amoroso en un pueblo en el que nadie está seguro de la verdadera identidad de su vecino.
«Espero que los fans de Crepúsculo vayan a verla», manifestó la realizadora que, a pesar del buen resultado de esa saga, dijo no haberse arrepentido por salir del proyecto.
«Hice la primera película y el primer libro es mi favorito. Es muy original y estoy muy contenta de haber tomado parte al principio, elegir los actores, pero como artista no quiero repetir y hacer siempre lo mismo», señaló Hardwicke que evitó dar su opinión sobre las secuelas Luna Nueva y Eclipse.
«Las he visto, han funcionado bien y han recaudado mucho dinero», comentó la cineasta que actualmente trabaja en tres proyectos en fase de guión, dos de ellos de ciencia ficción, entre ellos, una versión futurista de la obra Hamlet, de William Shakespeare.