El encendido o «alumbrao» de 300.000 bombillas ha marcado esta medianoche el comienzo oficial de la 164 edición de la Feria de Abril de Sevilla, que este año recuerda en su portada la primera vuelta al mundo, con salida y llegada en la capital andaluza y culminada en 1522 por Juan Sebastián Elcano.
Para la «prueba del alumbrao» se han congregado miles de personas ante la portada y en las puertas de las 1.047 casetas del recinto ferial, que han aplaudido cuando ha culminado el encendido de todas las luces, 70.000 menos que el año pasado, en una noche que amenaza lluvia, aunque por el momento no se ha cumplido.
No obstante, las lluvias de los últimos días han impedido colocar los típicos farolillos, elementos decorativos de papel que recubren las bombillas, instaladas en el Real de la Feria, para evitar tener que reponerlos en caso de precipitaciones, aunque se instalarán cuando las predicciones meteorológicas mejoren.
El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, accionó el mecanismo que encendió la portada, acto que ha repetido en sus doce años de mandato y que el año que viene corresponderá al nuevo regidor electo en los comicios del 22 de mayo, a los que no se presenta.
La portada de este año, que se dedica a la primera circunnavegación de la tierra, pesa 183.000 kilos y mide 51 metros de ancho por 43 de alto. En la portada, con el azul como color predominante, hay tres arcos de once metros de altura cada uno y tres círculos, uno con una rosa de los vientos, otro con la esfera armilar y un tercero con la Nao Victoria, el barco empleado en la travesía, que comenzó en 1519 al mando de Fernando Magallanes, que murió en el trayecto.
Las luces que se requieren para que funcione la Feria suponen una demanda de energía eléctrica equivalente a la de un municipio con aproximadamente 40.000 habitantes, según Endesa, que prevé puntas de potencia que podrían acercarse a los 20 megavatios.
Antes del «alumbrao», numerosos sevillanos han celebrado su primera cena en el recinto ferial, que ocupa un millón de metros cuadrados, con el tradicional «pescaíto» frito como base del menú.
Sin embargo, en esta ciudad efímera que clausura su actividad el domingo 8 de mayo, durante todo el fin de semana se han sucedido las reuniones de amigos para dar los últimos retoques a las decoraciones de las casetas o simplemente para divertirse.
Desde este lunes, y si la lluvia no lo impide, se podrá disfrutar de paseos a caballo, que el Ayuntamiento ha vuelto a regular para que los carruajes no colapsen el recinto, donde sólo accederán cada día 700 de los 1.400 coches de caballos con permiso, que rotarán según tengan matrícula par o impar.
La Feria de Sevilla nació con un decreto de la Reina Isabel II del 5 de marzo de 1847 y comenzó como una feria de ganado de tres días creada por dos concejales: el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María Ybarra, en la que se montaban los corrales que luego evolucionarían hasta las actuales casetas.
Redacción