El artista plástico portugués radicado en Brasil Artur Barrio ha sido galardonado este martes con el Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2011, dotado con 125.000 euros por la «universalidad» de su lenguaje efímero con materiales no convencionales como sangre, trozos crudos de carne, huesos o basura.
El fallo del jurado, adoptado por mayoría, ha sido dado a conocer por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en una rueda de prensa en la que ha destacado que Barrio construye en sus obras «una poética radical que produce una relación y un eco con las situaciones políticas».
Su trabajo en «performances», acciones, instalaciones o vídeos «explora lo efímero y transitorio, interesándose por los efectos simbólicos y la aparición de una belleza inesperada», ha añadido la ministra sobre las razones que ha tenido en cuenta el jurado para otorgarle el Velázquez.
Nacido en Portugal en 1945, aunque ha vivido prácticamente toda su vida en Brasil, el premio reconoce a Barrio la universalidad de su lenguaje a través de materiales no convencionales, como basura o restos perecederos.
Artur Barrio representará a Brasil en su pabellón oficial de la próxima Bienal de Venecia, que se celebrará del 4 de junio al 27 de noviembre.
Entre los trabajos más emblemáticos del artista portugués -a quien aún no ha podido ser comunicado el galardón al estar ilocalizable-, la artista colombiana Doris Salcedo, último Premio Velázquez y miembro del jurado, ha destacado «Los envueltos ensangrentados», que empieza a producir en los años setenta en Río de Janeiro con materiales como sangre, plásticos, trozos de carne fresca y hueso con los que forma una pieza.
Salcedo ha explicado que, en una primera versión de esta obra, que tuvo un «gran impacto político» en su momento, pues coincidió con la dictadura militar en Brasil (1964-1985), Barrio arrojaba sus «envolturas» al exterior del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro y, en una segunda etapa, esparció «por el horizonte» 500 de estas obras.
Con todo, la artista colombiana considera que el arte del portugués no es político sino «radical con ecos sociopolíticos».
En opinión de Salcedo y del resto del jurado, Artur Barrio «no ha ha tenido el reconocimiento que merece» por tratarse de un artista pionero en el trabajo «con materiales no convencionales y de una manera no convencional, pero dentro del ámbito de la institucionalidad del mundo del arte».
Barrio «ha sido consecuente y coherente con su radicalidad durante toda la vida, un artista que no se arrepiente y que siempre está haciendo cosas nuevas. Por eso consideramos que merece este premio», ha agregado Salcedo, quien ha hablado de los «muchísimos» nombres propuestos como candidatos al Premio Velázquez.
Esta ha sido la razón por la que el fallo se ha dado a conocer a los medios de comunicación hora y media después del horario previsto.
Barrio comenzó a dedicarse a la pintura en 1965, en Río de Janeiro. Dos años más tarde, ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
En 1969, creó sus «Situaciones» obras hechas con basura, materiales orgánicos y objetos fuera de lo convencional. En el mismo año, lanzó «Manifiesto», una protesta «contra las categorías de arte» y la situación política y social del tercer mundo.
Barrio también hizo instalaciones al aire libre, tales como «Blooshluss» (1972), y esculturas con objetos cotidianos y, en Portugal, realizó «situaciones» como «4 movimientos y 4 Piedras» y la escultura de «Metal /Sebo Frío /Calor».
En París, donde se trasladó en 1974, el Centro Georges Pompidou adquirió sus cuadernos y obras como el «Libro de la carne».
A partir de 1987, comienza una serie de instalaciones en Brasil, donde opera directamente sobre las paredes de diferentes galerías.
El premio Velázquez, considerado el Cervantes de las Artes Plásticas, es concedido por el Ministerio de Cultura desde 2002 a candidatos propuestos por las academias de Bellas Artes, museos de arte moderno y contemporáneo, asociaciones de críticos de arte y otras instituciones artísticas.
El jurado ha estado presidido por la directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Ángeles Albert de León; la conservadora de la Tate Modern Sheena Vanessa Wagstaff, y los críticos de arte Alicía Murría y Karin Ohlenschläger.
También han formado parte del jurado los directores del Ludwing Museum de Colonia, Kasper Koening; del Tenerife Espacio de Artesi, Javier González de Durana, y del Museo Colección Bernardo de Arte Moderno y Contemporáneo, Pedro Miguel Abelha.
EFE/Por Laura Camacho